Mi experiencia con Hugo, mi amigo de infancia

Desde que cree mi cuenta con contenido explícito en Twitter, la mayoría de uds han sido testigos de una gran parte de mis experiencias sexuales; pero no todas tienen registro multimedia, por ende, este espacio de mi blog es el templo de algunas experiencias que están en mi mente y aquí les contaré una de las más sorpresivas.

El protagonista de este relato es Hugo, un amigo de toda la vida. Vivió en la misma cuadra, fuimos al mismo colegio, nuestras familias son bastante allegadas , jugábamos juntos y era el único amigo que llegaba a casa a jugar.

Hugo es menor que yo dos años, peleábamos mucho porque yo en todo los juegos quería ganar y nos comportamos como amigos cualquiera.  Ya fuimos creciendo, llegando a la adolescencia y él estaba en su momento de ‘Don Juan’ , pues es muy guapo y tiene buen cuerpo.

Desde que empezó a tener novias ya hablábamos menos, pero una que otra vez, cuando nos tropezábamos , nos saludábamos y hablábamos.

Me contaba toda sus aventuras de ‘Don Juan’ , que tenía dos chicas al tiempo, que le coqueteaba una madura, en fin...yo ahí fingiendo ser hetero, solo escuchaba y le hacía comentarios sobre lo que me contaba.

Tan solo por mencionar uno de los momentos más tensionantes hablando con él, una vez me contaba todo lo que le hacía a su novia y en medio de la conversación noté como se puso erecto, se acomodó la verga a un lado y sonrojado dijo “Joda, es que mi novia me pone así, solo recordarla “. Imaginen todo lo que yo pensaba por dentro.

La verga se la conozco desde niños, porque muchas veces veíamos juntos revistas de porno hetero. Las revistas eran de un tío suyo y cuando yo iba a su casa, nos íbamos al fondo del patio a masturbarnos.

En su casa no había tv , así que él venía a casa y veíamos juntos ‘Dragon Ball’ . Para esa época había un canal XXX que aparecía intermitente en tv por cable y varias veces, en mi habitación, viendo porno veía como él se tocaba. Era lo más cercano que tenía de morbo, porque yo no me atrevía a confesarle mi verdadera sexualidad, por temor que me rechazara, porque siempre tuvo comentarios marchistas, así que no quería arriesgarme a perder su amistad por andar con calentura.

Debo confesarles también que, mis primeras pajas fueron fantaseando con Hugo y aún lo hago.

LA CONFESIÓN 

En diciembre del 2015 , para ser más exactos , el 24,  estábamos tomando unas cervezas en la puerta de mi casa, él estaba despechado porque la novia le había terminado. Solía escuchar todo lo que pasaba en su noviazgo , terminaban y volvían siempre , por eso ya casi ni le prestaba atención lo que decía.
Al parecer , la muchachita es una máquina sexual, porque él hacía énfasis en la falta que le hacía tener sexo con ella. En fin... tipo 03:00A.M. él se marchó y yo entré a tratar de dormir , pero el efecto del trago en mi , me tenía con La lívido alta.

Solo sentir su olor me excita, es un hombre muy hombre, y eso me derrite, siempre me ha derretido de él. Entré a chat Facebook  y él estaba conectado , me saludó para decir que no podía dormir y yo me encargué de conducir una conversación que debíamos tener.

No voy a negar que en el fondo, parte de la intención era confesarle mi orientación sexual, para ver si él, al menos me pusiera a hacerle sexo oral [risas] , pero sobretodo, porque necesitaba decírselo a alguien de confianza y de esa manera , darme cuenta si en realidad era mi amigo.


Di mucha vuelta para confesarle mi sexualidad, pero le dije :

Bree: —Hey, Hugo, me gustaría contarte algo muy importante


Hugo: — Dime, mijo

Bree: —No sé cómo decirte

Hugo:— Ah pueh, habla y ya, sin tanto rodeo

Bree: — Es que me da vaina contarte y que vayas a reaccionar mal

Hugo: — Dime si vas a hablar porque voy a dormir

Bree: —Ta’ bien. Pos... lo qué pasa es que... yo... ¡A mí no me gustan las mujeres!

Hugo: — ¡Eche, qué! ¿Me estás mamando gallo? (mamar gallo en la costa caribe colombiana es traducción de bromear o tomar del pelo)

Bree: —No, viejo. Yo estoy hablando serio

Hugo: — ...

Transcurrieron unos minutos y él no dijo nada, yo pensé que hasta ahí había llegado nuestro trato. Necesitaba salir de dudas y retomé la conversación:

Bree: — Hey, viejo ¿te dormiste?

Empecé a ver que el chat me indicaba que él estaba escribiendo ... escribiendo... escribiendo...
Hasta que llegó todo lo que escribió , que era algo más o menos así :

Hugo: — Hey, viejo, yo respeto esa vaina, nos conocemos de toda la vida y te quiero como a un hermano, me dejó en shock la noticia , pero no te juzgo. Eso sí, te agradezco nunca me faltes al respeto , tú sabes de qué manera. Hablamos, voy a dormir , todo bien.

Bree: — No te preocupes. Siempre te he respetado y nunca voy a faltar a eso. Solo quería ver tu reacción y ver si realmente eras mi amigo.

Hugo: — Hasta mañana, mijo

Ahí terminó esa conversación, y me dejó con incertidumbre porque yo lo noté predispuesto, como si lo hubiese asustado y hasta me arrepentí por habérselo dicho.

Y sí, el trato cambió, cuando nos topábamos por la calle, él siempre estaba de prisa, ya no hacíamos broma, ni chistes, me saludaba como poniendo una barrera; así que yo decidí alejarme , porque sí da duro ese tipo de reacciones.

Transcurrió un tiempo y yo me mudé del barrio. Y nosotros perdimos contacto por compelto.
Un día inesperado , encontré un mensaje por chat Facebook donde me compartía que se iba a casar y quería yo fuese uno de los testigos de su unión, argumentando que nadie mejor que yo, por los años de amistad. Me sorprendió mucho y acepté.

Ahí retomamos contacto , pero en el fondo sentía de su parte cierta distancia y yo simplemente comprendí y decidí no tocar más ese tema.

No solo fui testigo de su unión marital , sino también soy padrino de su primer hijo. Con eso me demostró a su manera que sigo siendo parte de su vida, a pesar de la tensión que producía el tema para él.

AQUELLA VISITA

Tiempo después me fui de la ciudad para la capital a trabajar y allá viví con 4 amigos.

Hugo tuvo que viajar a la capital por cuestiones laborales y se acordó de mí. Me lamó para decir :

Hugo: —Compadre, voy pa’ Bogotá para una cuestión del trabajo ¿Me puedo quedar allá? Es que no conozco cómo es la vuelta allá, yo te colaboro con dinero 

Bree: —No te preocupes. Claro que puedes quedarte aquí , pero si dormimos abrazados [risas]

Hugo: — Quieto, quieto.

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