lunes, 7 de noviembre de 2022

El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero.

Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero.
Hace unos días volví a mi ciudad por una temporada y me acordé del barbero, así que le escribí para agendar una cita para cortarme el pelo. Le escribí un poco tarde en la noche, pero debía programarme con tiempo. 
Muy amable me respondió diciendo que le extrañaba mi ausencia y llegó a pensar que tenía otro barbero.

Le aclaré que ya no vivo en la ciudad y por tal razón ya no me veía. Brevemente nos pusimos al dia y quedamos en que iría al día siguiente a su local. 

En un momento de la conversación él me preguntó qué tal eran las mujeres capitalinas, a lo que yo respondí diciéndole lo que pienso y aproveché para decirle que no me gusta las mujeres. 
Una vez le confesé mi orientación sexual decidí ser más abierto, todo esto porque la verdad el chico tiene algo que atrae, no es físicamente muy guapo, pero es un chico delgado, alto, tiene un caminado que destila mucha testosterona y mucha personalidad.

Así que conduje la conversación a un tono directo para que no le quedara duda que a mi me gusta los hombres. Por tal razón siempre recurro a enseñarle mis videos, pero en esta ocasión le comenté que uso un juguete con el que mantengo mi ano entretenido.
esto despertó en gran manera su curiosidad y empezó a hacer preguntas que sin ningin pudor respondí.
En ese momento empezaría como tal mi táctica con Steven, porque inventé que para disfrutar de mi juguete en el ano debía mencionar el nombre de un hombre que me pareciera sexy. 

Justo en ese momento le pregunté si podía usar su nombre para estimular mi ano con el dildo. Me sorprendió que no tuvo lio con mi pregunta, pero dijo que quería ver, sin pensarlo dos veces corrí a ponerme una malla, saqué mi dildo y lo pegué en el espaldar de mi cama. 
Debía aprovechar esa hora de la noche porque soy convencido que la noche se presta para todo.
Me apliqué lubricante en el ano y puse la cámara a grabar cómo metía el dildo en mi hoyito. Mencionar el nombre de Steven con gemidos fue algo que le sorprendió. El siguiente paso fue mostrarle un video haciendo sexo oral, con esto creo que algo de curiosidad le dio y se puso más picante la conversación. 
Esa noche antes de dejar de chatear Steven me envió una foto instantánea, la cual pude guardar tomando una captura de mensaje. 
Fue hasta el día siguiente que reaccioné a su foto y charlamos brevemente ya que él estaba ocupado. 

La madrugada siguiente le volví a escribir, teniendo en cuenta que él se acuesta tarde. Estaba lloviendo fuertemente y él respondió. Le pregunté qué hacía despierto y me dijo que jugaba fútbol con unos amigos, pero que ya estaba en casa. 
Volví a traer a colasion el tamaño de su pene y le pregunté cuánto le mide porque al menos en la foto se ve buen tamaño. Me respondió diciendo que nunca se había medido el pene. 

No perdí oportunidad y reaccioné diciendo que tenía una técnica para medirle el pene: mi garganta. 

No me imaginaba lo que seguía una vez terminé de decirle esto. 
Me pidió impulsivamente que me dirigiera hasta su casa, ya era casi las 04:00am, aun estaba cayendo algo de lluvia pero al recibir otra foto donde me mostraba cómo estaba en ese momento, no me importó la lluvia y le pedí su ubicación. 

Para un gay no hay nada más tentador que ver un pene erecto y más si pertenece a un hombre que es de nuestro agrado. 
Me puse un hilo y un corpiño debajo de mi sudadera, tomé mis lleves, una sombrilla y salí con mucho nervios a esa hora de la madrugada. Caminé a pasos agigantados hasta llegar a su casa, Steven me estaba esperando en la puerta, pero con las luces apagadas. Estaba sin camisa y con una pantaloneta ligera color azul cielo. Me hizo señas que entrara en silencio y me quitara los zapatos. Lo hice tal cual y los llevé en mis manos hasta su habitación. Steven salió de la habitación y me dijo que lo esperara cómodo. 

Me quité la sudadera y quedé con mi buzo y el hilo puesto. A lo que él entró a la habitación, tomó el control del TV, puso a sonar reggaeton y le subió un poco el volumen. Se sentó en una silla, pero inmediatamente se levantó y preguntó si mejor se acostaba. Yo le dije que como quisiera. Él miraba hacia todos lados, pero no me miraba a los ojos, a ratos podía ver su rostro por la luz de la pantalla del TV. 

Con su antebrazo tapó sus ojos y yo me acerqué justo al centro de su entrepierna para acariciar su bulto aún sin bajarle la pantaloneta. En minutos ya empezó a tomar forma erecta y se la saqué por un lado, pasando mi lengua por el glande (cabecita) hasta empezar a cubrir con mi boca todo el pene que, a decir verdad no me cabía de lo grueso y largo que es. 

Aún así hice un esfuerzo abriendo mi boca, respirando por la nariz y sacando totalmente mi lengua. Así fue como pudo entrar su enorme pene en mi garganta. 

¡Oh, ese sonido que produce la saliva abundante rozando con el pene! 

Cerré mis ojos y me enfoqué en hacer el mejor sexo oral, de repente sentí una de sus manos agarrando fuerte mi cabeza, como diciendo que no sacara su pene de mi garganta. Abrí mis ojos por un momento y Steven me miraba fijamente con la boca abierta, echaba su cabeza hacia atrás y volvía a mirar cómo me lo llevaba a la boca. 
Me fascina acariciar los muslos de un hombre mientras le hago sexo oral, las caricias leves mientras se hace sexo oral aumenta el poacer. 

Cambié de posición ubicandome justamente a su lado para seguir haciendo sexo oral. De repente... sentí su mano en mis nalgas y uno de sus dedos se dirigió a mi ano de una manera brusca, así que me apliqué saliva en el ano, yo mismo abrí mis nalgas y Steven metió su dedo y expulsada un gemido suave,al tiempo que yo movía mi culo. 

La lluvia caía en el tejado, los relámpagos alumbraba la ventana de su habitación mientras yo me encargaba de su pene. 

De repente me hizo señas para cambiar de posición, me indicó que me pusiera en cuatro, arqueando mi culo. 

La verdad no me importó no tener condon en ese momento, sin pensarlo dejé que Steven punteara su cabecita babosa en mi ano que también produce un sonido excitante al hacer roce. 
Él estaba algo ansioso y quería meter su pene bruscamente pero le expliqué que debía entrar poco a poco. Le sugerí ponerme de lado y así lo intentaramos. 

Así lo hicimos, él sostuvo mi pierna izquierda mientras yo agarré su pene y lo puse en mi ano, me moví para facilitar que entrara y así fue entrando la cabecita poco a poco... 
Una vez entró, Steven me agarró fuerte por la cintura y se percató de tenerlo todo adentro. Agarré su muslo para que me empezara a afincar el culo y así fue como empecé a sentir toda su fuerza dentro de mí, sus piernas sudaba y él iba cambiando la posición hasta que, así sin sacarla yo quedé en cuatro y él me penetró con mucha fuerza mientras sonaba a todo volumen «YO ME PORTO BONITO» de Bad Bunny. 

En un momento yo tomé el control y quedé encima de él dándole sentones que él controlaba con sus manos en mi cintura. Me la sacó, se levantó de la cama y me dijo que nos fuéramos hacia la ventana, me arquee y él me penetró duro, luego yo empecé a darme solito y de esa manera sentí que su cuerpo se puso rígido, reposó su mentón en mi hombro derecho y sentí cómo su pene descargaba leche en mi culo. Suspiramos agitadamenre hasta que me la sacó y corrió al baño. 

Salió en toalla y sin mirarme, me dijo que lo esperara mientras iba a mirar cómo estaba el ambiente por la calle. Volvió a la habitación y me hizo señas salir silenciosamente y así lo volví a hacer con mis zapatos en la mano. 

No pensé que me iba a penetrar, pero fue mejor de lo que alguna vez imaginé. Siento que haberle mostrado cómo juego con mi dildo lo llenó de ganas por ser él en lugar del pene de caucho entrando a mi culo. 

Después de lo ocurrido, solo me ha dicho que lo dejé cansado y la verdad no hemos vuelto a tocar el tema. Lo retomaremos solo si es él quien lo propicia. 

¡Gracias por leerme! 


El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...