Cuando no tengo sueño lo que hago es pensar en sexo, así que abrí mi cajón donde guardo mi lencería y escogí un hilo dental pequeño y me puse un short con una comisilla, gorra, tapabocas y un termo con agua para salir a caminar.
Cerca de casa hay varios parqueaderos, no se me había pasado por la cabeza pasar por ahí, pero era más temprano que la hora en que normalmente salgo a trotar.
El short que me puse jamás lo había usado para salir a la calle, pero era muy de madrugada y como dice el dicho "la noche es cómplice." Pasé por uno de los parqueaderos y estaba algo oscuro, escuché algo así como el sonido de una radio o un dispositivo con música. El oído me guió para saber de qué lado debía pasar. Así que bajé el short antes de pasar por el pedazo donde escuché la música. Se alcanzaba a ver el inicio del hilo.
Vi algo como una silueta de un hombre en una hamaca y un cigarro encendido, yo pasé y escuché un sonido de esos que uno hace cuando llama a alguien, pero yo seguí de largo hasta llegar al final de la cuadra y devolverme para simular una caminata en la cuadra del parqueadero. Me di la vuelta y de regreso volví a pasar y esta vez vi al hombre que tenía una chaqueta color roja con un palo en la mano y mirándome —¡buenos días!— saludé cuando pasé delsbte del vigilante. Lo hice porque él hombre me vio sospechoso al pasar por ahí por primera y a esa hora, entonces ser cortés es un acto que tranquilice en estos casos.
Tomé otra cuadra y volví a la cuadra por la que estaba el vigilante, seguía con mi short medio abajo y el hilo se podía ver pero no vi al sujeto.
Otro intento de regreso, pasé por el lado donde inicialmente vi al vigilante, cuando de repente me salió el tipo por detrás.
—¿Mucho sueño?— le pregunté y él con su cara ruda respondió entre dientes —nada— yo sonreí y me presenté.
—¿Pa dónde la llevas por ahí?— me preguntó con su voz ronca, yo le respondí que caminaba porque hacia deporte, a lo que él dijo —¿tan temprano?—
—Sí, es que no podía dormir y salí un poco más temprano — respondí.
Él me miraba sospechoso y le pregunté su nombre, el cual no recuerdo. Consideré que meterle charla haciendo preguntas solo iba a generar más desconfianza en él, así que seguí mi camino y me despedí, pero continué pasando por esa cuadra para seguir dejándole ver mi hilo. Lo que más me gustó es que justo cuando yo pasaba por donde él estaba, lo veía recostado a un carro y volteaba a verme. Definitivamente me gusta ser observado, es un placer casi sexual.
En esas me dieron las 04:15A.M. y decidí irme al parque para hacer mis ejercicios de verdad, esa mañana hice una rutina más corta de algunos 30min porque no había dormido lo suficiente y no me parecía conveniente hacer mucho ejercicio si ya la putería me tenía caminando. Terminé mi corta rutina y me dirigía a casa, cuando me encuentro cara a cara con el vigilante que ya había terminado su turno, iba con su mascarilla puesta y me miró todo rudo.
Yo alcé mis cejas en señal de saludo y volteamos al tiempo.
Yo sin pudor bajé mi short y él se detuvo haciéndome señas de acercarme y me preguntó —ven acá, no hay un lugar por ahí?— le respondí que podíamos en un lado oscuro y me dijo que no era buena idea porque ya había gente pasando, pero yo le dije que salía todas las mañanas temprano, a las 04:00A.M.
—si puedes más temprano, tipo 03:00A.M mejor— añadió.
Voltee para irme a casa y me sonreí porque no tocamos ni un tema de conversación morboso, pero el tipo captó mi mensaje más que contundente y ya tenía yo un encuentro [risas]
El tipo nada más de verlo por encima tiene un porte con sobredosis de testosterona : piel morena, aproximadamente 1,85 de estatura, cerca de los treinta años, contextura gruesa y lo que más llama la atención, su mentón partido.
Me quedé con esa imagen en la retina y emocionado pensé que al día siguiente posiblemente podría pasar algo con ese macho.
AL DIA SIGUIENTE...
Ya había programado la alarma para despertar más temprano e ir como habíamos quedado, el vigilante me dijo que llegará a su puesto y emocionado me levanté para salir.
Esta vez me fui en sudadera y vestido de oscuro para estar más camuflado en la oscuridad. Pasé por el parqueadero pero esta vez estaba el vigilante con otro compañero suyo, estaban fumando marihuana, obvio simulé porque no iba yo a llegar si había más gente. Ah, pero a lo lejos, haciéndome el tonto, dejé ver un cachetero que llevaba puesto. Llegando al fondo de la cuadra escuché un grito —¡VEN ACÁ!— pero no era el vigilante, era su acompañante 🙊 en ese momento me empezó a temblar todo, las piernas, el corazón me latía a mil y aparte porque la voz que gritó se escuchaba de malandro.
Me acerqué y ambos seguían fumando...
—habla, qué? Todo bien?— me saludó y lanzó dos preguntas, qué hacía por ahí, a lo que respondí que haciendo ejercicio, se echó a reír y lanzó la segunda pregunta tajante —¿la vas a chupar?
Yo me sonreí nervioso y los miré, uno miraba para todo lado y el otro se tocaba el bulto. El tipo con voz de malandro se sacó la verga y se la sacudía —VEN, chúpala— el tipo se recostó en una camioneta con la verga afuera y me dijo que me sentara en una jardinera, quedaba justamente frente de ellos.
Al parecer el vigilante le cimentó a su compañero lo que le había mostrado y ahí estaba yo en medio de dos hombres arrechos, en un lugar solo a merced de sus bajos instintos, ayudado por la marihuana que fumaban.
Me retiré la mascarilla y me senté a mamar bolas y verga del tipo inesperado. El tipo me agarró por el pelo y me folló la boca, me agarró de las orejas y creo hizo la idea que mi boca era una vagina o un culo.
Me agarró de un mechón mientras se masturbaba, ese hombre estaba como poseído pero se veía excitante porque estaba sin camisa y se veía todo rayadito.
Eyaculó y me echó la leche en la boca, inmediatamente el vigilante número uno se acercó y ya tenía la verga colgando uffff, qué delicia de verga.
El vigilante seguía fumando mientras yo chupaba cada centímetro, mientras el oro se retiraba y se perdía en la oscuridad del fondo
El vigilante fue más precoz, pero me echó su leche en la cara.
Mientras me levantaba y limpiaba mi cara, él me hizo seña como diciendo ¡vete de aquí!
Les confieso que sentí mucha adrenalina y susto, pero sin duda de los momentos más excitantes que he experimentado. Do vergas ordeñadas en la madrugada y sin tanto esfuerzo.
Yo le atribuyo estás cosas a la complicidad de la madrugada.
—Fin—
Gracias por tu visita, con cariño
Bree Rincón