sábado, 18 de julio de 2020

El vigilante del parqueadero

Estaba dando vueltas en mi cama sin poder dormir, me pasa cuando me levanto para ir al baño. Una vez regreso a la cama pierdo el sueño, miré la hora y marcaba 03:07 A.M.

Cuando no tengo sueño lo que hago es pensar en sexo, así que abrí mi cajón donde guardo mi lencería y escogí un hilo dental pequeño y me puse un short con una comisilla, gorra, tapabocas y un termo con agua para salir a caminar.

Cerca de casa hay varios parqueaderos, no se me había pasado por la cabeza pasar por ahí, pero era más temprano que la hora en que normalmente salgo a trotar.

El short que me puse jamás lo había usado para salir a la calle, pero era muy de madrugada y como dice el dicho "la noche es cómplice." Pasé por uno de los parqueaderos y estaba algo oscuro, escuché algo así como el sonido de una radio o un dispositivo con música. El oído me guió para saber de qué lado debía pasar. Así que bajé el short antes de pasar por el pedazo donde escuché la música. Se alcanzaba a ver el inicio del hilo.

Vi algo como una silueta de un hombre en una hamaca y un cigarro encendido, yo pasé y escuché un sonido de esos que uno hace cuando llama a alguien, pero yo seguí de largo hasta llegar al final de la cuadra y devolverme para simular una caminata en la cuadra del parqueadero. Me di la vuelta y de regreso volví a pasar y esta vez vi al hombre que tenía una chaqueta color roja con un palo en la mano y mirándome —¡buenos días!— saludé cuando pasé delsbte del vigilante. Lo hice porque él hombre me vio sospechoso al pasar por ahí por primera y a esa hora, entonces ser cortés es un acto que tranquilice en estos casos. 
Tomé otra cuadra y volví a la cuadra por la que estaba el vigilante, seguía con mi short medio abajo y el hilo se podía ver pero no vi al sujeto. 

Otro intento de regreso, pasé por el lado donde inicialmente vi al vigilante, cuando de repente me salió el tipo por detrás. 

—¿Mucho sueño?— le pregunté y él con su cara ruda respondió entre dientes —nada— yo sonreí y me presenté. 

—¿Pa dónde la llevas por ahí?— me preguntó con su voz ronca, yo le respondí que caminaba porque hacia deporte, a lo que él dijo —¿tan temprano?—

—Sí, es que no podía dormir y salí un poco más temprano — respondí. 
Él me miraba sospechoso y le pregunté su nombre, el cual no recuerdo. Consideré que meterle charla haciendo preguntas solo iba a generar más desconfianza en él, así que seguí mi camino y me despedí, pero continué pasando por esa cuadra para seguir dejándole ver mi hilo. Lo que más me gustó es que justo cuando yo pasaba por donde él estaba, lo veía recostado a un carro y volteaba a verme. Definitivamente me gusta ser observado, es un placer casi sexual.

En esas me dieron las 04:15A.M. y decidí irme al parque para hacer mis ejercicios de verdad, esa mañana hice una rutina más corta de algunos 30min porque no había dormido lo suficiente y no me parecía conveniente hacer mucho ejercicio si ya la putería me tenía caminando. Terminé mi corta rutina y me dirigía a casa, cuando me encuentro cara a cara con el vigilante que ya había terminado su turno, iba con su mascarilla puesta y me miró todo rudo. 
Yo alcé mis cejas en señal de saludo y volteamos al tiempo. 
Yo sin pudor bajé mi short y él se detuvo haciéndome señas de acercarme y me preguntó —ven acá, no hay un lugar por ahí?— le respondí que podíamos en un lado oscuro y me dijo que no era buena idea porque ya había gente pasando, pero yo le dije que salía todas las mañanas temprano, a las 04:00A.M. 

—si puedes más temprano, tipo 03:00A.M mejor— añadió. 
Voltee para irme a casa y me sonreí porque no tocamos ni un tema de conversación morboso, pero el tipo captó mi mensaje más que contundente y ya tenía yo un encuentro [risas]

El tipo nada más de verlo por encima tiene un porte con sobredosis de testosterona : piel morena, aproximadamente 1,85 de estatura, cerca de los treinta años, contextura gruesa y lo que más llama la atención, su mentón partido.
Me quedé con esa imagen en la retina y emocionado pensé que al día siguiente posiblemente podría pasar algo con ese macho.

AL DIA SIGUIENTE...

Ya había programado la alarma para despertar más temprano e ir como habíamos quedado, el vigilante me dijo que llegará a su puesto y emocionado me levanté para salir.
Esta vez me fui en sudadera y vestido de oscuro para estar más camuflado en la oscuridad. Pasé por el parqueadero pero esta vez estaba el vigilante con otro compañero suyo, estaban fumando marihuana, obvio simulé porque no iba yo a llegar si había más gente. Ah, pero a lo lejos, haciéndome el tonto, dejé ver un cachetero que llevaba puesto. Llegando al fondo de la cuadra escuché un grito —¡VEN ACÁ!— pero no era el vigilante, era su acompañante 🙊 en ese momento me empezó a temblar todo, las piernas, el corazón me latía a mil y aparte porque la voz que gritó se escuchaba de malandro.

Me acerqué y ambos seguían fumando...
—habla, qué? Todo bien?— me saludó y lanzó dos preguntas, qué hacía por ahí, a lo que respondí que haciendo ejercicio, se echó a reír y lanzó la segunda pregunta tajante —¿la vas a chupar?

Yo me sonreí nervioso y los miré, uno miraba para todo lado y el otro se tocaba el bulto. El tipo con voz de malandro se sacó la verga y se la sacudía —VEN, chúpala— el tipo se recostó en una camioneta con la verga afuera y me dijo que me sentara en una jardinera, quedaba justamente frente de ellos.

Al parecer el vigilante le cimentó a su compañero lo que le había mostrado y ahí estaba yo en medio de dos hombres arrechos, en un lugar solo a merced de sus bajos instintos, ayudado por la marihuana que fumaban. 

Me retiré la mascarilla y me senté a mamar bolas y verga del tipo inesperado. El tipo me agarró por el pelo y me folló la boca, me agarró de las orejas y creo hizo la idea que mi boca era una vagina o un culo.
Me agarró de un mechón mientras se masturbaba, ese hombre estaba como poseído pero se veía excitante porque estaba sin camisa y se veía todo rayadito. 

Eyaculó y me echó la leche en la boca, inmediatamente el vigilante número uno se acercó y ya tenía la verga colgando uffff, qué delicia de verga.

El vigilante seguía fumando mientras yo chupaba cada centímetro, mientras el oro se retiraba y se perdía en la oscuridad del fondo 
El vigilante fue más precoz, pero me echó su leche en la cara.

Mientras me levantaba y limpiaba mi cara, él me hizo seña como diciendo ¡vete de aquí!

Les confieso que sentí mucha adrenalina y susto, pero sin duda de los momentos más excitantes que he experimentado. Do vergas ordeñadas en la madrugada y sin tanto esfuerzo.
Yo le atribuyo estás cosas a la complicidad de la madrugada. 

—Fin—

Gracias por tu visita, con cariño 

Bree Rincón 

sábado, 4 de julio de 2020

El flaco tímido

Hora 04:44 A.M. me disponía a salir a caminar como de costumbre, cuando a lo lejos vi un reciclador que se acercaba en su bicicleta, intenté bajar sutilmente mi pantaloneta para dejar ver el hilo dental, pero el hombre pasó y no vio hacia donde yo estaba. Sin embargo lo vi y no estaba mal.

Dos días después cuando ya era la hora 06:00 A.M. y estaba llegando a casa, mientras cerraba la reja de mi casa volvió a pasar el hombre, ya la luz estaba afuera y varios vecinos del sector barriendo el frente de sus casas y sacando la basura. 

El hombre llegó diagonal a mi casa, revisó unas bolsas, sacó unas latas y cuando ya se iba pasó frente a mi casa y muy amable saludó "buenos días, hermanito", yo respondí su saludo, pero tampoco pude hacer lo que hago cuando veo machos pasar muy temprano (mostrarles el culo)

Así pasó mucho tiempo y sólo cruzabamos palabra saludándonos, el hombre es muy amable, saluda a todo el que se le atraviesa. Hasta que una mañana amanecí con toda la intención fuerte de mostrarle el culo, así que esperé en mi terraza a ver si él pasaba y efectivamente lo vi a lo lejos abriendo unas bolsas.

Aunque ustedes, mis lectores saben que me gusta hacer esto, les confieso que cada que lo hago me da una sensación de tensión en el estómago, me tiemblan las piernas, me late el corazón ... pero la adrenalina siempre me impulsa. 

Es normal que me ponga así, más porque en una ocasión mostré mi culo a un reciclador y el muy amargado me dijo "te voy a picar a punta de machete como me vuelvas a pelar el culo."

En fin, ya les doy por enterados que no todas las veces salgo victorioso. En todo caso, vi a este hombre que traía un jean corto roto que dejaba ver fragmentos de sus muslos, una comisilla o esqueleto color amarillo, gorra, guantes negros y unas de esas imitaciones de calzado Crocs algo desgastados. Miré alrededor y no había nadie en el sector (al menos que yo viera) me bajé la pantaloneta y dejé ver el hilo rojo que había elegido para que este hombre me viera por primera vez lucir para él.
 
Esta foto fue tomada esa madrugada, antes de pasar el protagonista. 

Sentí el ruido de la llanta de su bicicleta acercarse, giré un poco y estaba abriendo unas bolsas, yo tenía un balde cerca y simulé estar depositando algo en el balde para que no se viera como "voy a mostrarle el culo a este tipo."

—buenos días, herman...— sentí por su saludo incompleto que había sido como un frenón verme ahí en hilo dental. 

Yo voltee, subí lentamente mi pantaloneta y le dije —Hola, buenos días—

Noté que su rostro se desdibujó, me miró algo rayado o medio tímido y siguió su camino.
Siempre barro el frente de mi casa al llegar de hacer deporte, así que lo seguí viendo, pero entendí que no le hizo para nada gracia verme así. Lo digo porque se le veía incómodo cuando le tocaba pasar por mi casa, ya no me saludaba sonriente, era más seco. Lo hacía quizá porque se sentía comprometido al verme ahí barriendo. A mi como no me gusta incomodar a nadie, decidí evitarlo cuando pasara.
Ah, pero como a veces soy algo reiterativo, un día cualquiera,  mucho tiempo después, evitando hasta cruzar miradas, decidí mostrar mi culo cada día que le tocaba pasar por mi casa.

Después de barrer, entraba a mi casa, dejaba la puerta medio abierta y como a esa hora aún duermen en casa, puedo ser mas atrevido. Así que cuando lo veía acercarse, dejaba ver mi culo justo cuando él pasaba. 

Me da risa recordar su cara cuando pasa frente a mi casa y echa la mirada hacia mi vivienda como el que no quiere ver.
Así ha seguido siendo, cada lunes, miércoles y viernes pasa sin falta y yo estoy en la puerta mostrando descaradamente mi culito cuando él pasa.

Me he dado cuenta que cuando ya sigue de largo, voltea para ver hacia mi casa y yo nada más me echo a reír mordiendo mis labios, mirando por la ventana sin que él me vea. Pasa dos veces por la mañana: cuando va subiendo y luego de bajada.

Probablemente cambió su actitud conmigo porque mi actuar le pareció atrevido, por eso guarda distancia. Quizá piensa que si me saluda me va a dar motivos para que yo lo aborde, pero en este caso me conformo con que me robo su mirada esos tres días de la semana. Finalmente, por ahí dicen que los ojos no se cansan de mirar. 

Me excita ver como mira a mi casa cuando pasa en frente, porque él sabe que ahí va a ver mi culo y sabe que lo hago para que él vea.

No sé si un día me anime a abordarlo, pero por lo pronto me aferro al dicho que dice "tanto va el agua al cántaro, hasta que se llena."

Si llega a pasar algo con él, uds saben que yo se los hago saber.

¡Hasta un próximo relato!

Con cariño,

Bree Rincón 

El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...