domingo, 7 de febrero de 2021

Inesperada ocasión

Tengo entendimiento que mientras se celebra Carnaval de Barranquilla, pueblos y ciudades del Caribe colombiano también lo celebran. Hoy les relataré una experiencia vivida en La Guajira, durante una fiesta de Carnaval.

Tengo un gran amigo guajiro  -le llamaré Joaquín-el cual me visitó hace un par de años junto con su esposa. El motivo de su viaje a Barranquilla era por cuestiones de negicio, él se dedica al comercio.

Faltaban dos días para empezar carnaval en Barranquilla y Joaquín me extendió una invitación su natal Fonseca. Daniela- como llamaré a su esposa- me terminó de convencer y como todo era con gastos pagos, no lo pensé dos veces, así que acepté. 

La noche del viernes salimos rumbo a La Guajira, llegamos en horas de la madrugada, me instalaron en una habitación donde dormía un muchacho, hermano de Joaquín. 

En horas de la mañana me despertó Joaquín con un escándalo "VENÍ PA QUE COMAI CHIVO CON YUCA"

Llegué hasta el patio de esa casa y allí estaban sus tíos, a los cuales me presentó. Estábamos en casa de sus tíos. Debo decir que me sentí muy bien porque los guajiros son excelentes anfitriones. 

Efectivamente en Fonseca se sentía ambiente de Carnaval, tanto como en Barranquilla. 
Al terminar de desayunar muy rico, me duché y me llevaron a dar una vuelta. 

Ya me tenían itinerario listo durante esos días por La Guajira. 

Daniela me invitó a Maicao a casa de sus hermanas a una fiesta y con gusto fuimos.
Allí la pasamos muy bueno, querían acabarme a punta de trago y no soy muy bebedor.

De regreso a Fonseca, al día siguiente, Joaquín se desvió un poco y llegamos a Barrancas, un pueblo cerca de Fonseca. Allí vive la madre de Joaquín con otro hermano de él.

Era lunes de Carnaval y el sol ardía, no había sombra en ningún lado, era mediodía. La madre de Joaquín nos recibió con cervezas y almuerzo.

De un momento a otro a Joaquín le entró una llamada telefónica y tuvo que irse, pero me dijo que volvería al rato por mi, necesitaba ir a resolver un asunto urgente y se fue con su esposa. 

En la terraza de la madre de mi amigo hay unas hamacas y me recosté en una mientras charlaba con la amable señora. Ella se levantó al rato y yo seguí allí tratando de hacer una siesta. 

Me levanté a tomar agua y cuando volví a la hamaca me recosté nuevamente. De repente... vi pasar un muchachito con rasgos indígena, aproximadamente de unos 14 o 15 años, 1,70 estatura, una pantaloneta color roja muy corta, una camiseta negra, un morral pequeño y un cuaderno en las manos.

Aquel muchacho llamó mi atención porque era evidente que tenía una erección firme. Miré hacia adentro de la casa, la madre de Joaquín estaba durmiendo con el tv encendido. Me levanté de la hamaca y salí impulsivamente tras ese chico.

Ese sector tiene calles sin pavimento, mucha arena y polvo, calles angostas...

El chico caminaba lentamente por un camino angosto y yo lentamente caminaba tras él.
Mi corazón palpitaba a mil porque no sabía qué estaba haciendo caminando detrás de ese muchachito.
Es un terreno alejado, hectáreas secas donde el sol tiene la tierra tostada, árboles secos, otros frondosos y un cementerio de la comunidad wayuu. 

El adolescente transitaba un camino estrecho y al lado había unas hectáreas cercadas. A lo lejos se veía una humilde casa, pero se veía chiquita de los lejos que estaba y se alcanzaba a ver una tropa de chivos.

De repente... noté que aquel chico se detuvo y se estaba mirando el pene, como revisándolo. No supe qué hacer en ese momento, voltee y todo se veía solitario, el único ruido era los pájaros. 

Tuve el impulso de acercarme y el muchachito no se había percatado de mí presencia, pero fue tan sólo por unos segundos, porque cuando se dio cuenta que estaba cerca, volteó y escondió su pene. De todas maneras era más evidente que estaba erecto. 

Sonrió tímidamente y le dije "Hola, qué tal... ¿vives cerca?" Él no me respondió y por dentro yo decía "claro, ¿cómo te va a responder si lo estabas fisgoneando?"

Él continuó su camino y yo le comenté que estaba medio perdido porque había salido a dar una vuelta por ahi cerca.

¿Usted de dónde es? -preguntó el chico-
Le respondí que era de Barranquilla y estaba con unos amigos visitando.

¿Quiénes son sus amigos? ¿usted es cachaco? Me preguntó.
Sonreí diciendo que no era cachaco (para los que no son colombianos, 'cachaco' le llaman a los que son del interior del país)

Miré tímidamente su bulto y seguía erecto, no sabía cómo proceder con él porque se veía muy inocente, así que le pregunté la edad. Me respondió que tenía 15 años.

Le comenté asombrado que se veía muy grande todo, incluso todo se le veía grande. Él no hizo más que reírse mientras se agarró el pene. En la costa los hombres se tocan el pene cada 2 min.

¿Esto por aquí siempre está solo? Le pregunté y él me respondió que sí, me señaló la casa de su abuela, la casa que se veía a lo lejos.

¿Tienes tiempo para darme una vuelta por aquí? fue lo que se me ocurrió decirle, él muy confiado y amable me dijo que sí y me llevó más adelante, donde estaba el cementerio wayuu. Allí había más sombra y aproveché el silencio del entorno para decirle que para tener 15 años tenía una verga grande... "¿usted cree?" preguntó, mientras se sacó el pene que estaba palpitando. 

"Oye, después de todo, no te he preguntado tu nombre ¿cómo te llamas?" LE PREGUNTÉ 

Me dijo su nombre y ahí mismo le dije "¿puedo hacerte otra pregunta, York?" Sí-me dijo- 

"¿puedo tocarte el pene? Es que nunca he tocado uno así de grande"

York se echó a reír y me hizo seña con su cabeza asintiendo. Se recostó en una tumba y se sacó el pene mientras miraba alrededor, como vigilando que nadie nos viera.

Ahí el silencio siguió y lo único que se escuchaba era cómo yo bajaba su pantaloneta para jalar su pene y darle vuelta...hasta que se erectó. 

En ese momento el único lenguaje es la mirada y con la mirada le pregunté si podía chupar. Su mirada era seca pero no veía en él descontento, así que me arrodillé y chupé sus testículos lampiños, son grandes y me los metí completos en la boca, haciéndoles círculo con la punta de mi lengua.

Él sólo me miraba y entendí que estaba a gusto, proseguí haciéndole sexo oral en medio de tanto sol, tumbas y adrenalina. 

Yo no podía creer lo que estaba pasando y viendo en aquel muchachito bien tierno y formado. Tuve el impulso de levantarme y bajarme la sudadera, mostrándole mis nalgas, él no dijo nada, entonces yo volví a subirme la sudadera para volver a bajar, pero él me detuvo y ahí pensé "aquí acabó todo" 

Pero no, estaba equivocado. York me agarró con un sólo brazo y me recostó frente a una tumba de esas... apuntó su enorme pene aproximadamente de unos 19cms y me lo puso en las nalgas, yo no tenía protección, pero tenía muchas ganas de ser penetrado por ese niño. 

Esa fue la tarde de los impulsos y tuve el loco impulso de arquearme para ser penetrado sin condón. Volví a bajar para chupar su jugoso pene y cuando estaba ya lubricado con mi saliva, me apliqué en el ano también y sentí cómo se sostuvo en mi cintura, punteando contundentemente hasta que mi ano empezó a abrirse poco a poco, sintiendo cómo entraba ese grueso pene. 

Debo confesar que me dolía mucho cada embestida, yo sólo mordí mis labios, aguanté y levanté más mis nalgas para que él aprovechara desahogar sus calentura, propia de todo adolescente. 

Me cansé en esa posición y sin sacarme su trozo de mi ano, giré para que él volviera a su posición inicial y fue así como yo solito me moví, dando círculos con mi culo hasta que él apretó una de mis pequeñas nalgas y sentí cómo descargó dentro de mí su leche.

Rápidamente subí mi sudadera y me asusté mucho por lo que acababa de pasar, él limpiaba su pene y yo sólo me alejé.
Cuando volví a la casa de la madre de Joaquín ella estaba en la puerta y al verme me preguntó dónde me había metido, que Joaquín había vuelto y había salido a buscarme algo inquieto. 

Hay impulsos peligrosos, el momento lo disfruté, es hasta el momento la ocasión inesperada más excitante que he vivido, debe ser porque estaba lejos de mí tierra, con in completo desconocido y con un hombrecito en edad de libido alta.

¡Ay, Barrancas, Barrancas... No te olvidaré!

El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...