sábado, 28 de diciembre de 2019

Cazando con exhibicionismo


El exhibicionismo es algo que siempre me ha llamado la atención, esa manera de atraer miradas que se fijen en mi, me alimenta el placer.

Suelo ir a trotar y hacer una rutina de deportes muy temprano en la mañana y me voy muy cómodo, preferiblemente en pantaloneta holgada y no puede faltar mi respectivo hilo dental. Hace pocos días salí al parque, pero me entró un impulso de desviarme un poco, siendo la hora 4:30a.m me dirigí a una avenida y me estacioné en una esquina y bajé mi pantaloneta para dejar al descubierto mis nalgas. Ni teniendo sexo al aire libre me había generado tanta adrenalina como estar ahí viendo pasar carros, rutas de buses, mototaxistas, uno que otro transeúnte desaparecido y uno que me quedo viendo mientras caminaba; pero hasta ahí quedó.

Me fui al parque e hice mi rutina con juicio.

Ayer, 27 de diciembre volví a tener el impulso de experimentar exhibicionismo, pero no me desvié, me dirigí directamente al parque. Ya era casi la hora 05:15am y yo estaba trotando, de repente localicé con la mirada a un chico reciclador, recogiendo plástico, le vi por encima y a pesar de su aspecto, me llamó la atención sus brazos, sin embargo no me detuve, continué con la rutina, así que lo perdí de vista. Siendo la hora 06:00 a.m decidí terminar e irme a casa, pues ya estaba aclarando el día.

Faltando pocas cuadras para llegar a casa, lo volví a ver, esta vez alzando unas cajas que estaban frente de una casa “buenos días” saludé y me respondió “buenos días, patrón”. Llegué a casa y mientras sacaba la llave para abrir el candado de la reja, vi que se acercaba a mi cuadra y quise prolongar mi tiempo ahí para tener chance de actuar. Justo en ese momento mamá abrió la puerta, pues me estaba esperando.

“Ma, por fa, pásame la escoba y la pala para barrer el frente” le pedí a mamá para que se ausentara
y así yo pudiera hacer algo para llamar atención del chico. Así que, sin perderle de vista volteé y ahí estaba revisando en unas bolsas de basura, así que me agaché fingiendo que amarraba los cordones de mis zapatos y ahí fue donde me bajé mi pantaloneta para que quedara mi hilo al descubierto, dándole la espalda. Calculé rápidamente mientras llegaba mamá y me levanté mirando hacia dónde él estaba y adivinen qué? Me estaba mirando, pero mamá llegó con lo que le pedí y me puse a barrer, noté que él estaba prolongando su permanencia en la cuadra.

Yo: — Ma, ¿hay botellas plásticas para dárselas al reciclador?
Mamá: — Creo que sólo hay una
Yo: — no importa, tráela

En lo que mamá volvió al patio, este chico me hizo señas, como llamándome. Yo no me atrevía a ir con él hasta que mamá no trajera la botella plástica. Mamá llegó diciendo que no había, así que yo seguí barriendo y mamá ahí, dizque con la pala para ayudarme a recoger. Así que el chico se marchó lentamente.

Dejé la escoba con mamá mientras fui por dinero para comprar unas empanadas y así poder alcanzarlo.
Como no podía seguirlo, tomé la otra cuadra para poder dar con él y así fue, corrí un poco y ahí lo vi manejando su bicicleta. Le hice señas y él inmediatamente se acercó “¿Qué más, patrón?” me dijo, yo le extendí la mano, pero él me extendió la muñeca con la mano empuñada, dándome entender que tenía las manos sucias.

“Bueno días, ¿mucho trabajo?” le pregunté, a lo que respondió “Ahí más o menos”.
Cruzamos palabra y le pregunté dónde vivía, respondió que no muy lejos, “es que no te había visto” le comenté. “Yo paso siempre porq aquí, especialmente los lunes, miércoles y viernes... y de resto de día trabajo manejando bici coche”
Posteriormente le pregunté la edad y respondió que iba para cuarenta años, la verdad aparenta tener menos. “Ahora estoy flaco, pero yo era más grueso” comentó, a lo que respondí que se veía muy bien. Le comenté que lo había visto y si era posible encontrarnos para hablar un rato.

“Usted dirá, patrón yo manejo mi tiempo” respondió el chico.

“Cuando podemos vemos un ratico, no vaya ser que tengas problemas por tu mujer”
Me comentó que no estaba viviendo con la mamá de sus hijos, hacía tres años.

“¿Tres años? ¿Todo ese tiempo?” Pregunté mientras le miré la entrepierna ligeramente.
Él sonrió  le dije que nos viéramos  a las 8:00p.m , no puso inconveniente y antes de irme le pregunté su nombre y me dijo “Franklin, dígame Fran”.

En horas de la tarde comí algo y me acosté a dormir, pero me desperté faltando 5 min para la hora acordada. Yo llegué y no lo vi, cuando ya tenía decidido regresar a casa, lo vi llegar en una bicicleta.

Él me estaba buscando y yo le hice señas. Nos sentamos en una parte oscura y allí empezamos a hablar cosas triviales, contándome de sus dos hijos adolescentes y cosas así, de un momento a otro me dice...

Franklin— cuénteme, ¿usted por qué hizo eso?
Bree— ¿qué cosa? [risas]
Franklin— usted sabe qué
Bree— [risas] ¿te refieres a lo que viste cuando me agaché?
Franklin— aro, se le ve un jopito bonito, yo no había visto un marica con un jopo así
Bree— [risas] qué va, está normal
Franklin— ¿Le gusta usar pantaletas?
Bree— siempre uso lencería como la que viste
Franklin— ¿sisa? ¿Ahora tiene?
Bree— sí, Franklin, tengo un hilacho

Él empezó a mirar a todo lado y se agarró la verga

Franklin— se me paró
Bree— ¿puedo tocar?
Franklin— agárrala

A ratos le rozaba mi mano por encima de su pantaloneta, eso sí, teniendo cuidado.

Franklin— joa si pudiera ver lo que trae puesto
Bree— espera... yo me vería más boleta mostrándote el culo

Miré alrededor y afortunadamente estábamos en la parte más oscura, así que
me bajé un tantito el pantalón a media nalga y le dije “míralo”

Disimuladamente miró y guardó silencio. Cuando de repente... sentí que metió su mano despacio por mis nalgas, la sacaba y al rato metía la mano, pero rosando mi ano... hasta que yo levanté mi culito un poquito y Franklin me dilató a punta de dedo, hubo un momento que solo escuchaba su respiración agitada metiéndome el dedo por el culo. Yo solamente acariciaba su rodilla con mi mano izquierda, mientras gozó dándome dedo.

Quise masturbarlo, pero de repente pasó un grupo de adolescentes y no pudimos hacer más nada.
Franklin— joa tengo la mondá babosa
Bree— guarda esa leche y vamos cuadrando, ya sabes dónde encontrarme.

Chocó su puño con el mío, se acomodó la verga y nos despedimos.

Lo más probable es que nos matemos esas ganas, les estaré contando qué pasa. Por lo pronto, quise compartirles mi aventura debido al exhibicionismo.

Aprovecho para anunciar que este es mi último relato del 2019, espero uds continúen acompañándome de esta manera el 2020.

Les deseo Feliz Año Nuevo y lleno de paz.
Gracias por leerme, cómplices.

[FIN]


domingo, 22 de diciembre de 2019

Experiencia con mi ex cuñado


Al personaje de hoy le llamaré Ronald.

Ronald siempre ha sido cercano a mi familia, era el mejor amigo de mi hermano, así que lo vi muchas veces en casa cuando iba a buscar a mi hermano para ir jugar fútbol o Playstation.

De ahí nació su relación con mi hermana, más lo veía y siempre me ha caído bien, él no es físicamente el más guapo, pero tiene ese desparpajo típico de hombre costeño, tiene mucha picardía y eso lo hace atractivo, aparte de su bulto que siempre resaltaba porque se nota no usaba ropa interior.

Se me va un suspiro recordando las veces que tragué saliva en seco, por verlo llegar sudado presumiendo los muslos que tenía, subiéndose la pantaloneta.

Esa relación con mi hermana “transcendió” hasta llegar a vivir juntos, mi hermana se radicaría con él en otra ciudad por motivos laborales de Ronald.

Vivieron fuera de la ciudad, después de algunos tres años regresaron a la ciudad. Esa relación venía fracturada, al parecer por infidelidad por parte de Ronald. A leguas se veía una relación tóxica y así nos lo hizo saber mi hermana; sin embargo nunca he tomado actitud distinta hacia él, porque considero en problemas de pareja nadie debe intervenir, por más familia que sea.

Hace ya algo más de un año la relación de mi hermana con Ronald terminó.

En una ocasión compartí en Twitter unos “capture” donde él me comentó una historia de WhatsApp y posteriormente me preguntó si yo tenía el número de celular de mi hermana, ya que le urgía comunicarse por asunto relacionado con las niñas. Honestamente yo no tenía el número de ella, pues
ella cambia constantemente de contacto.

Prolongué la conversación con Ronald y me preguntó si por fin ya tenía novia, de ahí me agarré para coquetearle y le insinué mi gusto por los hombres.

No lo tomó mal y me resaltó que igual siempre le he caído bien, además soy tío de sus hijas. Me da mucha risa porque hizo muchas preguntas que hacen los heterosexuales, cuando un gay les da libertad de hacer preguntas. Me encanta porque ahí es donde aprovecho para dañarles la cabeza, despertando curiosidad.

Yo conduje la conversación hasta el tema del sexo oral, Ronald me aseguró que su caso era satisfecho hasta ese momento.

Yo: — ¿todavía estás gordito? La última vez te vi barrigón, ojalá la barriga no te oculte la verga 🙊
Ronald: — [risas] hijueputa, eso nunca desaparece, aquí la tengo firme
Yo: — Muestra [risas]
Ronald: — Aeee, marica [risas]

De un momento a otro me envío una foto de su verga muy templada y yo reaccioné, describiendo qué le haría. Una vez terminé de morbosear su verga, me dijo que nunca había puesto a un hombre a chupar, a lo que le respondí — Para todo hay una primera vez—

Ronald: — marica, el cuento es dónde te voy a poner a chupar
Yo: — yo te puedo chupar donde sea... hasta en un oscurito
Ronald: — ¿dónde?
Yo: — podríamos ir al Jardín Botánico
Ronald: — no, marica, boleta, ¿qué tal nos pille la policía? Joda, nos vamos de UPJ
Yo: — pues tú decides, ya sabes que estoy dispuesto a mamarte todo eso🙊
Ronald: — la única es que vengas acá donde mi tía, donde estoy viviendo
Yo: — como quieras, quiero
Ronald: — llega mañana después de seis de la tarde, trae una palanca de “play” pa’
que crean vienes a jugar
Yo: — a jugar con tu verga, será [risas]

Al día siguiente me llamó y me preguntó qué estaba haciendo para que llegara como habíamos acordado.
Cuando llegué no había nadie en esa casa, Ronald estaba solo y nos pusimos a ver TV y a hablar, por un momento llegué a pensar que se estaba echando para atrás, porque no lo veía con intención.
De repente, me dijo — vamos pa’l cuarto a instalar Playstation —

Me latió el corazón por la emoción y entramos al cuarto. Puso música volumen alto y dijo —dale, es toda tuya—

No sabía cómo empezar, pero manosear la verga sin quitarle la pantaloneta es un buen inicio.
Rosé su verga y mi cara por su verga sin quitar la pantaloneta y de repente... bajé de una la pantaloneta hasta los tobillos y seguí chupando los testículos cerrando los ojos.

Como tiene unos vellos ricos, acaricié sus piernas y era muy rico ver cómo su verga se ponía dura y larga. Ronald me puso un suéter en la cabeza, quizá para no sentirse incómodo viendo a un hombre haciéndole sexo oral.
Como siempre, me dediqué a chupar con ganas y sentía la verga palpitando en mi boca, aumenté el ritmo y Ronald soltó un quejido delicioso: había eyaculado.

Al despedirnos, me dijo —joda, la chupas bacano, pa’ qué —

Eso sucedió el año pasado. No habíamos vuelto a saber el uno del otro,
hasta hace unos días que me llamó
Ronald:— Habla, te hablo claro, estoy arrecho ¿dónde nos podemos ver?
Yo:— Ehhh... conozco una residencia discreta en el centro
Ronald:— ponte una pantaletica de esas que usas pa’ ver si te la meto.

Uds qué me siguen en Twitter pudieron ver la verga de mi excuñado, con la etiqueta
#MorboseandoAmiExCuñado , aquella noche lo esperé en cuatro con un hilo de encajes.

Lo primero que hizo fue apagar la luz y encender el TV para tener algo de luz, me rosó la verga
en el culo y jugó metiéndola por la pita del hilo.

— Toma mi celular y graba eso— le dije y así lo hizo. Ronald tenía algunas cervezas encima y sacó marihuana para fumar.

Me puso a mamar y yo estaba fascinado de rodillas, reposando las rodillas en una almohada.

Se vino en mi cara y dijo — ponme el condón pa’ zampártela—
Me echó saliva y empezó a puntear con su cabecita (glande) rosadita mi ano.
No me avisó y me clavó sin compasión, en seco toda esa verga erecta.

Yo: — [gemidos]
Ronald: — HIJUEPUTA ZORRA, TIENES ESE ROTO BIEN APRETAO’, perra malparida, mueve ese jopo...

Yo gemía porque me encanta ese trato, me aumenta las ganas de menear el culo.

Volví a pedirle que tomara mi celular para grabar y sacó su verga para ponerme a chupar y cuadré la cámara... ahí seguí chupando, hasta que me volvió a pedir culo y me subí para cabalgarle — GRABA ESO— le dije y no quiso, porque estaba muy arrecho y me tomó por la cintura, de ladito me embistió tan duro, sí, ayudado con la marihuana que tenía encima eyaculó en mi culo.

La clavada que me dio, habría sido perfecta si les hubiese mostrado, por esa razón les relato para que lo recreen en su mente, ahí con la mano metida en su entrepierna.

Y aquí termina la entrega de esta aventura, espero haya sido de su agrado.

Espero atentamente sus reacciones.

Hasta una próxima ocasión. ¡Gracias por tu visita!

FIN.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Se la chupé a un Testigo de Jehová- Parte 3






Su rostro era entre susto y excitación, pero yo solo usé mi lengua, chupé sus bolas y él alternaba el video con mi cara chupándosela.

Con mi lengua hacía círculos en su glande y era maravilloso ver a ese hombre retorcerse y agarrándome por el pelo, como si estuviese diciendo “QUÉ RICO”.

Lo masturbé muy rico con mi boca, su verga grande llenaba los espacios de mi boca.

De repente... le entró como un ataque de remordimiento y dijo: — No puedo seguir, esto está mal—

Se intentó levantar de la silla y yo abracé sus muslos fuertemente, él me miraba algo asustado, pero yo cerré mis ojos y con los movimientos que hice con mi boca llena con su verga, muy rápido circularmente... hice que eyaculara.

Todavía recuerdo el gemido que soltó y siento que mi culito dilata a mil.

Hernán se fue como alma que lleva el diablo y jamás me volvió a dirigir la palabra.

A veces lo veo pasar con su tropa de compañeros Testigos de Jehová y solo puedo decir en mi mente

«Nadie me quita que te saqué la leche»

FIN.

Se la chupé a un Testigo de Jehová- Parte 2


[CONTINUACION]

Yo:— corrección, hoy es juernes
Hernán: —dale, pero una sola pa’l calor, las demás las dejamos pa’ mañana
Yo— ¿Seguro? Yo las guardo y la seguimos aquí aprovechando que estoy solo, así me hablas del Reino o vemos videos de viejas tetonas (pechos grandes)

Hernán se echó a reír y me dijo que ya sabía más o menos qué tenía el computador, pero quedó en regresar al día siguiente para terminar de revisarlo y arreglarlo del todo.

Al día siguiente Hernán pasó por mi casa tipo 4:00 p.m y me encontró ahí

Hernán— Qué tal? ¿Vas a salir?
Yo— No, hoy no fui a la U ¿a qué hora te espero?
Hernán — si quieres le hacemos ahora
Yo— Ah, dale, no hay lío...

Lo hice entrar y nos fuimos a mi habitación, traje unas cervezas y le ofrecí una.
Cuando terminó dijo que probara el pc para ver si ya estaba listo. Me dijo:

Hernán — Préstame el baño
Yo:— Dale, todo bien
Hernán— ve probando y ya vengo...

Mientras él fue al baño, entré a la web y puse un video lésbico de dos mujeres chupándose las tetas.
Me latía el corazón rápido y esperaba que entrara

Hernán— Ya veo que sirve... ¿Qué estás viendo tú ahí, ve?
Yo: — porno jajaja espero no estar pervirtiéndote
Hernán—  jajaja no, nada.

Y ahí se quedó quietecito y en silencio, mirando fijamente el video.

Yo: pero siéntate, con confianza, ¿tú puedes ver porno?
Hernán:— a veces...
Yo: el porno sirve pa’ tener más ideas y aplicarlas con tu pareja.

Él no más se reía, pero mirando fijamente la pantalla del pc... yo fui por más cerveza y me atreví a hacerle un comentario para que notara que a mí me gusta la verga

Yo— oye, deberías usar más pantalonetas como la de la otra mañana
Hernán —jajaja ¿cuál?
Yo: una que se te marca hasta la cédula.

Con eso lo hice reír y él me preguntó si yo era homosexual, a lo que le respondí que sí, pero le agradecí discreción.

Hernán — no te preocupes, hermano, está a salvo tu secreto

Evadí el tema de mi sexualidad e inmediatamente entré al buscador y puse video de una mujer haciéndole sexo oral a un hombre. Increíble cómo Hernán se hipnotizaba viendo porno, yo le miraba la entrepierna y con esa sudadera se le marcaba todo

Yo: — imagino que tu mujer la chupa así ...
Hernán— jaja no, ella no hace eso
Yo: — en tu religión no permiten eso... porque me parece barro que un hombre no sea complacido por su esposa, luego los hombres les toca buscar por otro lado.

Le extendí otra cerveza, mientras él retrocedía una parte del video porno.

Yo: — aunque yo hago eso mismo que está haciendo la actriz porno
Hernán — sí? Pero yo nunca he hecho nada con otro hombre
Yo: Jajajaja digamos que sería un favor para que no te masturbes.

Hernán miraba para todo lado y se estiraba para disimular la erección y seguía mirando el video porno, ahí fue cuando ataqué:

Yo— ¿Será que puedo tocártela? Solo sobarla...
Hernán — ¿y si viene alguien?
Yo: mamá llega tarde, tipo 10p.m

Hernán se bajó la sudadera y estaba lubricando mucho, agarré y estiré su verga y estaba caliente.
Tenía venas en la verga y yo lo miraba fijamente como pidiéndole autorización con la mirada para chupársela.

Yo: — ¿Te puedo bajar la sudadera hasta los tobillos?
Hernán— [asintió con su cabeza]

Cerré mis ojos, me acerqué para oler su verga, pero él me detuvo agarrándome por la cabeza, pero le dije — Hey, esto queda entre nosotros—
Bajé la sudadera y me puse frente a él, arrodillado



Se la chupé a un Testigo de Jehová



La historia que les contaré hoy sucedió con un testigo de Jehová, ex vecino y ante todo quiero aclarar que mi intención no es denigrar ninguna religión; sé que hay personas íntegras que llevan una vida ejemplar dentro de sus creencias. Una vez dicha la advertencia, doy inicio al relato.

Al personaje de hoy le llamaré Hernán.

En el barrio en el cual viví varios años vive Hernán, un hombre entrado en los 30 años, siempre bien peinadito, recuerdo verlo salir de su casa junto a su mujer y su pequeño hijo, con su pantalón de lino oscuro, camisa manga corta y un maletincito.

La verdad me parecía súper X, porque tanta seriedad lo hacía ver mucho mayor; entonces no era esta cosa de tenerle ganas, pero sí nos saludábamos porque solía ir a su casa a sacar fotocopias e imprimir, pues él ofrecía el servicio.

Igualmente, tenía una vecina bastante ardiente, por la cuadra todos sabíamos de sus andanzas, pues casi todos los hombres del barrio habían pasado por su cama (excepto yo, porque ajá) hasta muchachos menores que ella, porque les estoy narrando de una mujer entrada en los cincuenta años.

Una vez escuché un chisme de tienda donde hablaban que habían visto a Hernán entrar a casa de dicha vecina a tomar unas cervezas y de ahí hubo sexo, porque la esposa de Hernán llegó a casa, no lo encontró y le dijeron que estaba en casa de la vecina y efectivamente ahí estaba ebrio y deslechado.

Ahí fue cuando deduje que ese hombre tenía un diablito susurrándole al oído.

Sin embargo él salía los domingos bien vestidito con su respectiva sombrilla y la esposa agarrándolo, como dando entender que nadie se lo quitaba, eso me daba risa.


Una mañana me levanté tardísimo para ir a hacer una diligencia y olvidé sacar una fotocopia de mi documento, así que fui antes de 08:00a.m a tocar a casa de Hernán para sacar la fotocopia e irme listo.

Toqué el candado unas tres veces, pero no abrían la puerta, como vi que no me abrían, volteé para irme a otro lado, cuando escuché que me llamaron por mi nombre y era la esposa de Hernán con una toalla en la cabeza diciéndome:

Mujer de Hernán: — Buenos días, ¿Qué necesitas?
Yo: — Hola, necesito unas fotocopias

Mujer de Hernán: — ¡Entra! HERNÁN, HAZME EL FAVOR Y ATIENDE AQUÍ MIENTRAS ME SACO EL SHAMPOO — gritó a Hernán

Ella se fue al fondo  cuando veo a Hernán con una camisilla tipo esqueleto y una pantaloneta a cuadros, color gris y se le marcaba un PAQUETOTE... además le colgaba y creánme que eso me hizo tragar en seco y no me importó que él lo notara.


Hernán: ¡Buenos días, mijo! Pásame lo que vas a sacar ¿cuántas necesitas?
Yo: Ehhh... dos fotocopias ampliadas, por favor.

No sé cómo pude contener suspiro en ese momento, yo estaba que sacaba 1000 fotocopias de mi documento de identidad.

Antes de pagarle, lo miré sutilmente ahí en su paquete y le pagué con un billete de alta denominación para prolongar un ratico viéndolo, a pesar que yo estaba retrasado.

Le di las gracias y me fui con la cabeza dañada. 

Desde ahí yo empecé a imaginar cómo podría tener Hernán la verga, hasta me imaginaba lo rico que pudo haber pasado con la vecina acaba hogares. Incluso, muchas veces fantasee que le hacía sexo oral de rodillas.

Una tarde iba yo rumbo a casa en Transmetro lleno, lo vi subir con unas bolsas, le hice señas, se acercó 

Hernán: — Hey, ¿qué más?
Yo: — Aquí, vengo de la U, ven y te ayudo con las bolsas 
Hernán: —Gracias...
Yo: — Oye, menos mal te veo, porque he tenido inconveniente con mi pc, bueno como tú eres técnico  en Sistemas, pensé en ti 
Hernán: — Claro, llévalo a la casa o yo voy, como quieras...

En el transcurso hablamos de eso y cada uno se bajó en su destino.
La verdad en el trayecto de la ruta no presté atención a lo que me decía, yo tenía en frente un paquete delicioso.

Aquella noche me masturbé fantaseando en mi mente que me tragaba su verga, salí hasta teniendo sueños húmedos con él.

El computador dañado era la excusa para tener un acercamiento a él, pero no quería que fuese en su casa, mi mente ya maquinaba traerlo a casa como esa excusa, pero cuando no estuviese mi familia.

La oportunidad llegó el día que mamá viajó a Cartagena para el sepelio de un pariente, como sabía que mamá regresaría tarde o probablemente al día sgte, ahí fue cuando le escribí al WhatsApp:

Yo: —Hernán, qué tal? Será que podrías llegar a casa para que revises el pc?
Hernán: — Ahora estoy en el centro, llego tipo 6:30pm, te caigo en la noche 
Yo: — Listo, no se te olvide

Fui a comprar un sixpack de cerveza y las guardé en el refrigerador, todo pensando en ofrecerle.

Efectivamente pasó por mi casa, se detuvo y me dijo:

Hernán: — ahorita vengo, llego a la casa, como algo y te caigo...

Me puse muy nervioso porque aún no sabía cómo proceder ahí, solo sabía que él no era tan consagrado y había posibilidad de dañarle la cabeza, por lo que ya se hablaba de él con la otra vecina.

Transcurrió una hora aproximadamente y tocaron la puerta, abrí y era él. Trajo una sudadera y unas herramientas. Le dije que me siguiera hasta el cuarto pues ahí tenía el pc.

Hernán: — Lo que es la vida del soltero pechichón que aún no sabe de tener un hogar... ¡sabroso! 
Yo: — ¿Añoras la soltería?
Hernán: — Nombe, estar casado también es sabroso porque siempre tienes la costilla ahí al lado (mujer)

Se sentó y me preguntó qué presentaba el equipo, lo examinó e íbamos charlando a ratos...

Le dije : 
Yo — ¿quieres una fría? Ahí tengo una sixpack
Hernán — jajaja es apenas jueves
Yo



El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...