domingo, 25 de octubre de 2020

El jíbaro

 

En Colombia y algunos países de LATAM se entiende el término “jíbaro” como un expendedor de drogas. Inicio entrándolos en contexto porque quizá algunos de mis lectores del extranjero no entiendan.

En lo que llevo experimentando cada aventura sexual con tantos hombres desconocidos, que incluso muchas veces no sé ni cómo se llaman, pude añadir a mi lista a un chico jíbaro.


Así que hoy les relataré sobre Johan. Cierta noche estaba aburrido en casa y tuve el impulso de salir a dar una vuelta, así que me fui al Jardín Botánico, era la hora 7:30p.m. aproximadamente.

A diferencia de otras veces que salgo con intención de lo que surja, esa ocasión salí porque tenía algo en la cabeza y me gusta pensar mientras camino, entonces el Jardín Botánico me parece el lugar perfecto porque se respira aire puro.

Como siempre, el Jardín Botánico estaba lleno en su mayoría de personas haciendo deporte. Hice un par de vueltas alrededor del Jardín Botánico y justo en la plaza que está al lado de la cancha de fútbol me detuve para sentarme un rato. 

De repente sentí que estaban mirando fijamente y era un chico que se notaba estaba en plan cacería. Yo me levanté de ahí porque a leguas se nota que el chico era gay y pues... no me aparecen.

Me levanté y crucé el puente azul que conduce hacia la zona donde están las máquinas del parque donde los chicos hacen barras.

De hecho, dentro de los chicos que estaban haciendo sus demostraciones de habilidad en las barras, estaba un amigo que me vio y se acercó a saludar. Cruzamos palabra alrededor de cinco minutos y seguí mi camino.

Esta vez estaba esquivando al chico gay que venía tras de mí, hasta que me perdí de su vista, haciendo otra vuelta alrededor del Jardín Botánico.

Ya me disponía para ir de regreso a casa, cuando de repente... vi un chico sentado de espaldas y me llamó la atención cómo se veía de espalda. ¡Vaya, apareció distracción para mi vista! 

Él estaba sentado cerca la plaza donde están los asientos de concreto, pero encima de una de esas rocas que hay allí, como mirando hacia la parte oscura. Esa zona es la favorita de la serie parejas que van allí a esconderse, así que no es raro, por ejemplo, ver un guarda de seguridad con cara de casado, besándose en lo oscuro con una mujer o todo lo que pueda pasar por su cabeza. De hecho, había una parejita de adolescentes besándose, uno que otro combo adentrándose a la oscuridad para fumar marihuana y uno que otro jíbaro.

Me ubiqué cerca del chico y me senté en una roca, mirando también hacia lo oscuro.

A ratos miraba hacia donde estaba el chico y le alcanzaba a ver algo en la mano, como un frasco que a ratos inhalaba. Era un frasco con pegante color amarillo que llaman “bóxer” (usado para calzado) 

No sé qué me dio verlo inhalar eso, porque en su mayoría los que inhalan bóxer son los habitantes de calle, pero el chico hasta bien vestido se veía, traía puesto un suéter color blanco con estampados, jean negro, zapatos blancos y algo parecido a un morral pequeño cruzado en su torso, aquí le llaman “riñonera”.

Ese accesorio (riñonera) suele usarlo todo el que vende drogas. Por un momento el chico miró hacia donde yo estaba y me dijo con acento paisa “bien o qué?” (acento paisa es el acento de los que viven en Medellín, para los que no son colombianos) 

Bree: ehh... sí, todo bien 👍🏼 

Él se acomodó la riñonera, como tratándola de esconder, miró hacia mí y se levantó, acercándose a mí 

Johan: tomces qué, parce? ¿Qué está buscando por ahí? Aquí se le tiene 

Señaló su riñonera. Me dio algo de miedo, pero entendí que era jíbaro y lo corroboré cuando me preguntó si buscaba “weed” o perico.

Yo sonreí y le dije que no, que muchas gracias.

Él inhaló nuevamente el frasquito color marrón y regresó a su puesto.


Bree: hey, ¿puedo acercarme?

Johan: hágale 

Bree: ¿Vives por aquí? Nunca te había visto por aquí 

Johan: sí, vivo por aquí hace tres meses 

Bree: sí, eso noto, que no eres de aquí, por tu acento 

Él sonrió y dijo :

¿Sisas, parce? 

Bree: sí, ¿y eso? ¿Qué te trajo a Barranquilla?

Johan: vine a camellar con un tío que vive aquí, yo soy tatuador y me gano algo extra vendiendo dulcesitos (sonrió)

Bree: ah, pero chevere, bienvenido por acá ¿donde trabajas?

Johan: en un local que está por la calle 72 

Bree: oye, por cierto ¿cómo te llamas?

Johan: me llamo Johan, parce ¿y usted?

Le respondí con mi nombre e imitando acento paisa. Él se echó a reír mientras inhalaba pegante.

Johan: ¿vos sos paisa?

Bree: no, no, sólo soy payaso [risas]

Johan: [risas] es que le suena igual y todo 

Su semblante era bastante tranquilo, ya el pegante estaba haciendo su reacción, pues a ese punto de charlar cosas triviales, él se reía de cualquier tontería que yo dijera.

Johan: pensé que buscabas yerba, te parecés a un parcero que vino a comprar la semana pasada

Bree: ah no, no consumo nada

Johan: todo bien, como lo vi dando vuelta, pensé que buscaba mercancía 

Bree: ah no, yo venía a otra cosa, pero me quedaron mal

Johan: ¿y eso?

Bree: venía porque quedé encontrarme aquí con alguien que me iba a dar tetero 

Él sonrió con los ojos cerrados mientras alejó el frasco de pegante y dijo "¿En serio? ¿querés tetero?"

Bree: la verdad es que sí, pero me iré a casa con las ganas

Obvio yo le estaba mintiendo, porque no había cuadrado encuentro con nadie, pero de alguna manera debía darle entender que quería verga.

Johan: ¡vamos pa' allá!

Bree: ¿Para qué?

Johan: pa darle tetero pues

Me eché a reír y le dije que yo me adelantaba bajando hacia la parte oscura.

Johan bajó después de mí, pero disimulando porque había un grupo de adolescentes fumando. Una vez salieron los muchachitos de allí nos fuimos hacia el arroyito que pasa por todo el medio del Jardín Botánico. 

Estaba perfecto porque todo estaba oscuro, él bajó su cremallera y dejó su verga afuera. Johan es blanco, tiene una piel suave y unos brazos marcados.

Toqué su verga y la estiré "Qué provocativo se ve esto" le dije.

Johan se sentó a la orilla del arroyo y yo me acomodé al lado, incliné mi cabeza y metí su verga en mi boca. Es una verga aproximadamente de 17cms y gruesa, seguí chupando, olvidándome que estábamos ahí, al aire libre. 

Verlo en desinhibición por efecto del pegante que inhalaba me estaba y sabía que debía aprovechar porque quizá no habría pasado si hubiese estado en sus cinco sentidos.

Me encanta bajarles la ropa interior, lo más que pueda, a la hora de hacerles sexo oral, así que con él no fue la excepción, bajé su ropa interior hasta medio muslo, sentía sus muslos duros y los acaricié mientras chupaba sus testículos. Johan suspiraba profundo al sentir mi boca al pague de su hermosa verga.

De un momento a otro, sentí que alguien se acercaba y efectivamente, alguien estaba cerca, era un hombre, pero estaba a cierta distancia, sentado y mirando hacia donde estábamos. Quise terminar ahí, pero al mismo tiempo me dio mucho morbo saber que alguien nos estaba viendo. 

Johan: ¿qué pasó?

Bree: nada, estaba tomando aire [sonreí]

Retomé mi sesión de sexo oral y a ratos miraba hacia donde estaba aquel hombre enseñándonos. Mis movimientos de cabeza y cuello aumentaron mientras chupaba su verga, porque pude notar que aquel hombre se estaba masturbando desde su sitio. Supe que no tenía de qué temer porque estaba guardando distancia. 

De repente nos sorprendió un par de gais que pasaron mirando sin disimular e intentando como unirse, pero obvio ahí interrumpí y me acomodé para esperar que ellos se alejaran, pero no lo hacían. 

Entonces Johan sacó un puñal, se levantó y les dijo: ¡ABRANSE DE AQUÍ, PUES, PIROBOS! 

Ese par de curiosos corrieron como si hubiesen visto al diablo.

"Seguí, pues" dijo Johan. 

Bree: mejor vayamonos a un lugar más sólo porque ya están pasando mucho por aquí 

Johan se subió el pantalón y me dijo que nos ubicaramos detrás de un árbol, donde por cierto, una vez tuve sexo. Yo no estaba tan a gusto porque cada vez más estaban ingresando más a la zona oscura.

Johan: vamos y me la chupa en la pieza, pues

Bree: ¿donde vives?

Johan: por aquí cerca...

Nos levantamos y pasando por el árbol donde una vez tuve sexo, me detuve y me agaché. Johan sonrió y le volví a sacar la verga ahí, pero el mismo par de gais que habían pasado minutos atrás, estaban merodeando, así que salimos de ahí, rumbo a su pieza.

Cuando íbamos rumbo a su apartamento, apareció una muchachita toda coqueta, de buen  cuerpo y usaba short roto. Lo llamó por su nombre y le dio un beso en la mejilla.

Él se emocionó al verla y al parecer era una amiguita de cama. Yo seguí mi camino y él quedó ahí charlando con ella, entre risas y coqueteo. Yo entendí que no debía esperarlo porque era evidente que ese par eran amantes.

Y no me equivoqué, se fueron juntos mientras él agarraba su cintura. 

Definitivamente, como dice el dicho "nadie sabe para quien trabaja".

En todo caso, no estuvo mal el ratico inesperado de morbo con ese paisa lindo. Al menos pude prepararlo para que otra se comiera todo eso [risas]

Volví varias noches a la misma hora justo a ese sector, pero no lo volví a ver. En todo caso, nadie me quita lo chupón.


¡Muchas gracias por seguir esta corta aventura!

FIN


CON CARIÑO,

BREE

domingo, 18 de octubre de 2020

Erick, el tatuador

 En mi corto tiempo por la red social Instagram solo logré cazar a un chico heterosexual, hoy les relataré sobre Erick, un venezolano residente para aquel entonces en Galapa.


Nunca me gustó Instagram porque realmente me parece tedioso entrar a ver fotos de paisajes, platos de sushi, atardeceres con miles de filtros y gente que se cree modelo. A pesar de todo lo anteriormente mencionado, una vez se me cruzó una sugerencia de seguimiento y fue cuando vi la cuenta de Erick.

Eché un vistazo a su cuenta y vi fotos y cortos videos de su trabajo como tatuador. Me llamó mucho la atención porque realmente es un hombre físicamente atractivo. Le seguí y me entretenía viendo sus fotos, una buena excusa para entrar a Instagram tenía.

Debo confesar que nunca he deseado hacerme un tatuaje, me gusta verlo en algunas personas, especialmente en los de piel blanca.

Si quería tener un trato con él, debía acercarme como un posible cliente (así no estuviese interesado en mandarme a tatuar) 

En la biografía de su perfil había un número de contacto para negocios y asesoría. Le seguí y con los días vi que me había seguido de vuelta. No le quise saludar de inmediato porque no quise demostrar el hambre.

Cierto día me atreví a saludarlo 

Bree: Hola, buenas

Erick: ¿qué más, hermano?

Bree: bien, bien ¿cómo estás?

Erick: todo fino, pana 

Bree: estoy viendo tu contenido y se nota eres un profesional en lo que haces 

Erick: gracias, hermano ¿en qué te puedo ayudar?

Bree: bueno, hace rato tengo deseo de mandarme a tatuar por primera vez, pero he estado cotizando con varios, debo decirte que no me han convencido 

Erick: ¿y eso?

Bree: sí, es que observo cómo trabajan y no me da confianza, ademas cobran muy barato y sé que un trabajo merece ser remunerado justamente y no correr a ponerle mi cuerpo al primero que diga ser tatuador y luego me salga más caro

Erick: así es, hermano. Yo cobro lo justo, mantengo asepsia, tengo certificado y llevo 5 años tatuando 

Me rio al recordar esto, porque yo ni tenía idea qué me iba supuestamente a tatuar. Entonces llegó la pregunta clave

Erick: cuéntame ¿qué quieres tatuarte? 

Bree: dos rosas rojas 

Busqué en la web fotos de tatuajes en las nalgas, descargué una y se la envié 

Bree: Mira, algo así es lo que quiero 

Erick: ¿puedo sugerirte un diseño?

Bree: claro que sí 

Entonces me envió un diseño donde las rosas se encontraban rumbo al medio de las nalgas.

Bree: oye, me gusta cómo luce, según lo que veo de tu trabajo, considero tienes criterio 

Erick: bueno, tú me dices cuándo y agendamos la cita, tengo mi local en Galapa, pero si no puedes acercarte hasta acá, puedo atenderte en el local de un pana que vive en Ciudadela Metropolitana, eso sí, te costaría más porque me tocaría tomar transporte por irme hasta ese punto

Bree: no te preocupes, yo no tendría inconveniente por ir hasta Galapa

Erick: vale, entonces tú me dirás ...

Bree: yo estoy ahorrando, entonces cuando tenga el dinero completo yo te vuelvo a contactar ¿vale?

Erick: listo, brother

Le dejé mi número de teléfono y me preguntó dónde vivía, le respondí y prolongué la conversación preguntando cosas como de qué parte de Venezuela era, me dijo que venía de Caracas, pero era de Barquisimeto con su mujer y su bebé. Estuvimos charlando sobre su técnica para dibujar, me contó que su fuerte era pintar rostros. Como yo no puedo estar quieto sin insinuarle al man que me llama la atención que me gusta la verga, le pregunté 

Bree: oye, ¿y si quiero añadir un tatuaje más pequeño y menos elaborado? ¿Cuánto me cobrarías?

Erick: pues depende qué más desees... dime 

Bree: es que quiero una flechita señalando mi ano y una frase que diga “INSERTE AQUÍ”

Me tomé una foto señalando dónde quería el supuesto tatuaje y se la envié.

Me respondió diciendo “esto te cuesta tanto”

El tipo es muy profesional porque no tuvo ninguna reacción ni siquiera me preguntó si era gay (obvio lo supo cuando le dije qué quería tatuarme) pero en esa conversación se limitó a charlar sobre su trabajo y de su experiencia viviendo en Colombia.

Una vez le había mostrado el culo tras de nada (al menos eso pensé en ese momento)  me despedí, no sin antes recordarle mi número y añadí que cualquier cosa, podía escribirme cuando quisiera.

Cierto día le comenté un estado en WhatsApp sobre un tatuaje que hizo. El tipo me saludó muy amable y nos pusimos a chatear. El video que le comenté era uno donde aparecía tatuando a una mujer en una nalga.

Bree: wow, qué chevere... qué envidia estar ahí sintiendo esa aguja 

Erick: a la orden, pana 

No pude ser más puta comentándole eso, pero aunque él estaba todo serio, eso me generaba una tensión sexual. Terminamos hablando de la serie ocasiones que fui a Venezuela y fue buen tema para terminar cuadrando una ida a tomar cerveza. Me dijo que no había lío, el tipo también es intérprete de rap y hip hop. 

Es muy inteligente, compone impresionante lo talentoso que es, al igual de guapo.

Una mañana de día lunes recibí un mensaje suyo al WhatsApp 

Erick: hey, brother ¿estás por ahí?

Bree: hola, Erick! Sí, aquí estoy... ¿qué más?

Erick: todo fino, ¿dónde es que vives? Estoy en Barranquilla 

Le di mi ubicación y afortunadamente para esa época mis padres estaban ausente, porque ambos trabajaban. Me contó que estaba en el centro comprando unas tintas, que si lo invitaba a una cerveza.

Bree: aw, qué chevere, pero en el momento no tengo dinero... si quieres vienes y te invito a almorzar, justo estoy preparando almuerzo

Erick: vale, dime cómo llegar 

Me llamó y lo esperé en un punto. Cuando vi esa estampa de hombre me dio de todo, traía puesto un capri de jean, un esqueleto de esos que usan los chicos que cantan hip hop, color verde y unos zapatos blancos con una gorra blanca, el tatuaje del rostro de su hija en una pantorrilla y sus músculos al descubierto.

Camino a casa dice — falta mucho pa’ llegar?

Bree: ya falta una cuadra 

Erick: es que me estoy orinando 

Bree: ya estamos llegando, aguanta 

Era mediodía, tipo 12:15 , le indiqué dónde estaba el baño y me dediqué a terminar de cocinar. 

Erick: ¿tú vives aquí solo?

Bree: no, yo vivo con mis padres, solo que permanezco solo a esta hora 

Erick: ah, yo pensé que vivías solo, vale 

Bree: no, pero tranquilo, siéntete cómodo, si quieres te presto unas chanclas para que respiren tus pies 

Erick: no, vale, gracias...

Bree: estás en tu casa 

Le serví para que almorzara y me dice “esto se ve bueno” 

Erick: ¿y tú no vas a comer?

Bree: yo almuerzo más tarde porque hace un rato me tomé un yogurt. Pero yo te acompaño tomándome un vaso de jugo.

Me preguntó si podía mostrarme algo, yo deseando que se bajara la cremallera y me mostrara ese bulto a un lado, pero me dice 

Erick: te voy a mostrar un video en YouTube con unos panas que hacen rap conmigo. 

En mi cabeza sonó el soundtrack de freno

Bree: ah, vale, qué chevere

Me mostró como seis videos y nos pusimos a hablar 

Erick: ¿y tus padres te dejan solo todos Los días?

Respondí con uña risa pícara un sí. —imagino las que armas aquí— comentó 

Bree: a veces, muy poco... a veces llega un pelao que trabaja cerca y viene a desordenarse [risas] 

Erick: Epa, así es la cosa? Entonces en cualquier momento puede llegar 

Bree: no, no ... él sabe que no puede llegar sin avisar 

Erick: ¿los vecinos no se dan cuenta? 

Bree: no sé, igual yo sé hacer las cosas 

La conversación se tornó hablando de Las travesuras que hacía dentro  fuera de casa. Erick se reía escuchando todo lo que le decía y miraba siempre hacia la puerta de la calle.

Me daba cierto morbo porque con eso quería decir como “será que vendrá alguien?”

Mientras yo le contaba cualquier cosa, miraba a ratos su bulto, para que él lo notara 

Erick: ¿me prestas el baño?

Bree: claro, pero no te lo lleves [risas] 

En lo que él fue al baño, me ubiqué de espaldas para que cuando él volviera a la sala me viera “acomodándome” el hilo que tenía puesto. Yo me lo puse pensando justamente pensando en la posibilidad de algo morboso. 

Cuando sentí sus pasos acercarse, simulé rascarme una nalga y acomodé mi hilo. 

Erick: tú tienes perr... UYYYY 

Bree: ay, qué pena 

Erick: no vale, tranquilo...

Bree: ¿qué me ibas a preguntar?

Erick: ah, que escuché un perro ¿tienes perro?

Bree: no, esa es la perra de al lado, seguro sintió tu presencia y por eso ladra.

Ese hombre salió del baño como más erecto y acomodándose la verga, yo tragaba en seco y ya había un momento como más tenso

Bree: Erick, ¿puedo preguntarte algo?

Erick: claro, dime 

Bree: ¿alguna vez has puesto a chupar a un gay?

Erick: nada, brother ¿por qué?

Bree: nada, es que... me tienes mal 

Erick: ¿si? ¿Por qué?

Bree: perdón por lo que voy a decir, pero me inquieta verte la entrepierna 

Erick miró a la puerta y se sentó en el sofá, se acomodó la verga a un lado y entonces le pregunté si podía mostrarle un video haciéndole sexo oral a un tipo. Ahí lo puse a ver el video donde le chupo la verga al marido de mi tía. En un momento de alta tensión sexual le dije 

Bree: ¿puedo tocar?

Erick: ¿pero aquí?

Bree: sí, quédate ahí 

Entonces me agaché. La posición del sofá donde se había sentado daba la espalda a la calle, así que pasé mi mano derecha por encima de su bulto. Cuan agradable fue mi sorpresa cuando me di cuenta que no tenía ropa interior.

Su verga es gruesa, blanca, el glande rosado, una verga jugosa y la saqué del todo, olí su verga y sus bolas, él tenía sus manos reposando en el sofá mientras me miraba sin decir nada y a ratos volteaba.

No me cabía en la boca completa, pero yo seguía intentándolo. Me levanté y me dirigí hacia mi cuarto, desde allá lo llamé y él llegó con la verga afuera. Lo senté en cama mientras él veía porno, y otro escuchaba los gemidos de una actriz porno y verlo ahí piernas abiertas con ese miembro duro me hacía dilatar el ano.

Cuando pude meterme toda esa verga a la boca, él me quedó mirando como impresionado y me agarró por el pelo, se puso en pie y me dio duro por la garganta, recuerdo que quise vomitar, me limpié y seguí chupando. De un momento a otro me puso de espalda, subí mis rodillas borde cama y ese hombre me daba unos brochazos deliciosos.

Casi me dejo penetrar a pelo (sin protección) pero me levanté y busqué el único condón que me quedaba.

No tenía lubricantes así que usé crema para lubricar. Cuando él intentó penetrante, así, sin avisar, sentí un corrientazo en el ano. Inmediatamente me puse de lado y suspendió por un momento, volví a lubricarme, esta vez con saliva, pero se rompió el condón 🤦🏻‍♂️

Le quité el condón y seguí chupando

Erick: ¡Hazme llegar!

Aumenté la succión mientras bajaba su jean hasta lo suyo tobillos y acariciando suavemente sus muslos y su tatuaje del rostro de la hija. Sacó su verga de mi boca mientras se agitaba la verga y me halaba el pelo, me hizo señas que me volteara y eyaculó en mis nalgas. 

Cierro los ojos y me parece estar sintiendo el semen caliente en mis nalgas. Escuché su suspiro profundo y ahí estaba quieto, con un hilo de semen a punto de caer, la bermuda abajo su esqueleto encogido hasta la mirad del abdomen  sudando. 

Me levanté a buscar paños húmedos y lo limpié. Se fue al baño y cuando salió preguntó qué horas eran. YA eran casi las 02:30P.M.

No me dijo nada al respecto, le acompañé a tomar el bus y lo sentí algo incómodo. Lastimosamente no pude sentirlo dentro de mí, pero el condon no colaboró.

De regreso a casa yo venía sonriendo porque no podía creer lo que había pasado.

Luego me daba pena hasta vergüenza mirar sus estados, ya que en realidad yo nunca estuve interesado en tatuarme, pero esa táctica sí me funcionó.

De él volví a saber que viajó a MEdellin y allá le va mejor, hubiese querido poder documentar al menos una foto de ese vergón, pero al menos pude detallarles lo que sucedió en aquel entonces.


A uds, gracias por estos minutos que destinaron para leerme. 

Con cariño, 

Bree

El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...