viernes, 25 de marzo de 2022

El domiciliario de Merqueo

 

Después de cuatro meses regreso a este espacio para compartirles de manera escrita y detallada, una de mis últimas aventuras, esta vez desde la capital de Colombia.

Inicié 2022 tomando la firme determinación de radicarme en Bogotá y hasta el momento, ha sido satisfactoria la experiencia en todo sentido y en cuanto a lo sexual, ni hablar.

Hace unas cuantas horas me ocurrió algo de película, algo que había visto en una que otra película de fantasía y quise aplicarlo para saber si obtenía algún resultado.

Desde que estoy tanto tiempo solo en el apartamento, siento unos impulsos de hacer travesuras. Hace unos días solicité un pedido en una panadería, cuando me anunció el portero que el domiciliario había llegado, lo hice pasar y mientras que subía el ascensor, yo puse al descubierto mis nalgas, ya que tenía hilo dental puesto, abrí la puerta y en cuanto llegó el domiciliario, me quedé de espaldas con la sudadera un poco abajo, para que se pudiera ver mi trasero en lencería, lo hice pasar para que dejara los panes encima de la mesa, ya que fingí tener las manos ocupadas, él entró pero con algo de nervios y se fue. 

Me dio risa su reacción y desde ese momento, sentí una adrenalina espacial exhibiéndome.

Mi "roommate" me encomendó estar pendiente de un pedido que había hecho en una plataforma de supermercado, en cuanto me lo dijo, pensé que quizá era una oportunidad de volver a intentar exhibicionismo con el domiciliario que llegara. Así que me indicó la hora y ese día abrí mi maleta y saqué unas mallas algo rotas y viejas, un hilo y sostén, me miré al espejo y se activó la lujuria en mí.

Mientras me aplicaba crema hidratante en mi cuerpo y manos, el citófono sonó. Corrí a responder y era el portero notificándome la llegada de Merqueo (el supermercado) ordené que lo dejara pasar, entonces rápidamente ensayé cómo posar para que al llegar el domiciliario a la puerta, me viera en todo mi esplendor.

Transcurrieron aproximadamente 7 (siete) minutos y le pregunté al portero qué había pasado con el chico del domicilio y me dijo "señor, es que son varias cajas y sólo hay un muchacho llevando todo al hombro".

Colgué y abrí la puerta lo mas que pude, me quedé cerca al comedor, de espaldas y simulando que estaba en una llamada, el corazón me latía rápido, a veces pensaba que era mejor cubrirme, pero en cuanto escuché el sonido del ascensor abrirse, lo asumí.

Escuché unas cajas arrastradas y entonces me puse en posición, el sonido de las cajas arrastradas me anunciaban que un hombre se acercaba, no sabía cómo era, si era un hombre adulto, un joven, un gordo, un flaco, no lo sabía, pero sabía que iba a robarme una mirada que se iba a posar en mí, al menos por unos segundos. Sonó el timbre y voltee, la puerta estaba abierta y vi ocho cajas, una encima de la otra, pero no vi al domiciliario, sólo escuché "ehhh...Merqueo"

Domiciliario: ¡EPA! (sonrió)

Bree: Hola, ¿Qué tal? ¿Me podrías ayudar a entrar las bolsas?

Domiciliario: ¡Claro!

Una a una me ayudó a meter las bolsas al apartamento, pero a ratos me miraba y su mirada era esquiva. Yo temblaba del frío y de la adrenalina... en cuanto él terminó de meter las últimas bolsas, le dije

Bree: ¡Oye! ¿Quieres un refresco?

Domiciliario: ¡no, vale! ¡Gracias!

Bree: no me vas a rechazar la atención, ¿o sí?

Domiciliario: bueno, pero no me puedo demorar.

Se rascaba la cabeza, miraba para todos lados y le entregué un vaso con Coca Cola

Domiciliario: ¿Vives solo?

Bree: no, pero permanezco solo por muchas horas

Domiciliario: ¿Eres webcam?

Bree: no, ¿por qué?

Domiciliario: no, por nada, como estás con esa ropa...

Fue entonces cuando se me ocurrió decirle que, si estaba así, era porque me estaba midiendo la lencería para un posible encuentro, pero me habían cancelado.

Domiciliario: ah, qué mal... mira, ¿puedo ver bien?

Bree: ¿Ver qué?

Domiciliario: que te voltees para verte bien...

Bree: Ahhh... (sonreí) pero cierra la puerta y acompáñame...

Domiciliario: pero me tengo que ir

Bree: no te va a llevar mucho tiempo verme...

Me dirigí a la habitación y me acosté borde de cama, yo sentía en el ambiente su respiración agitada, no sé si tal vez era por la altura de Bogotá o porque se estaba tornando algo inquieto sexualmente.

Escribo estas líneas y sonrío porque, definitivamente hay circunstancias inesperadas que ni yo mismo puedo creer que me suceda.

Voltee y él se estaba riendo, pero era una risa de picardía

Bree: ahh, pero te da risa

Domiciliario: no, vale, es que se ve bien... ¿Tú siempre andas así?

Bree: no, sólo como te dije, cuando voy a tener encuentros

Entonces tuve el impulso de preguntarle...

Bree: ¿Quieres tocarlas?

Domiciliario: ¡¿Cómo?! (se echó a reír)

En ese momento noté que se estaba tocando y no dije más nada, él se acercó y me dio una palmada, debo confesar que no me lo esperaba, pero me gustó, ya sabía que algo iba a pasar

Domiciliario: coño, estoy sobre el tiempo, pero qué va


Me empujó a la cama y me dijo 

Domiciliario: eres bien perra, ¿Vas a mamar huevo?

Se bajó la cremallera y no tenía interior, empecé a hacerle sexo oral y él acariciaba mis nalgas, a medida que iba pasando el tiempo, se iba quitando una prenda, su respiración agitada se sentía mas...

Olía a cigarrillo y jadeaba cuando me llevaba su verga a la garganta.

Se subió a la cama y empezó a chuparme el ano, que manera de hacerlo, es un experto moviendo la lengua.

Domiciliario: ¡Qué rica perra! ¿Quieres que te dé huevo?

Sonreí, admitiendo que sí quería. Ese chico tenía su verga dura y templada, su cuerpo tonificado perfectamente, piernas fuertes y pantorrillas bien formadas me tenían dilatando.

En ese momento es como si algo se hubiera apoderado de él y me recostó su verga en el ano, sentía su gran verga rozar, mientras yo me movía y él sólo quedaba con sus calcetines color verde.

¿Cómo era que el domiciliario ya estaba en mi cama completamente desnudo y a mi merced?

Se acostó boca arriba, reposando su cabeza en la almohada, yo continué rozando mi ano en su glande, él apretaba mi diminuto trasero con ganas, escupió mi ano y punteó progresivamente, hasta que fui sintiendo que iba entrando poco a poco, me ayudé con un poco de lubricante y sin pensarlo sentí toda su vitalidad dentro de mi.

Sus gemidos me tenían excitado y dilatando el ano, le pregunté si me dejaba grabar y no puso inconveniente, le indiqué cómo enfocar y lo hizo... (suspiro) en ese momento le pedí que se colocara el condón y así lo hizo.

Domiciliario: ¡Ponte de ladito! ¡Ven!

Me puse contra la pared, mientras él penetraba mi culo con fuerza y contundencia

Bree: ¡Espera! 

Me cambié de posición y me puse boca arriba, mirándolo y teniendo su verga en frente de mi, en ese momento él demostró que le gustaba verme abierto de piernas con mi ano al descubierto y dilatando.

Sujeté mis piernas en su pecho y sentí cómo me embestía con movimientos que enloquecen, mis gemidos y los suyos se confundían en medio de tanto placer, este momento está capturado en Twitter, donde lo compartí.

Domiciliario: ¡Me voy a llegar!

Y así fue, sentí cómo progresivamente reducía sus movimientos, mientras su verga expulsaba con fuerza el semen que quedó en el condón.

Cuando le quité el condón, me miró y se echó a reír.

Domiciliario: Estaba cargado, vale

Le dije que estaba muy rico, nos reímos y empezó a vestirse rápidamente, porque su celular estaba sonando, como yo tengo papelitos con mi número escrito, le entregué uno y bueno, no sé si me contacte, pero ya lo probé.

Usar lencería, estar solo, dejarse llevar por el momento y atreverse a hacer travesuras son factores que pueden dar un resultado estupendo.

¡Atrévete! Si yo pude, tú también puedes.


FIN




El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...