martes, 15 de septiembre de 2020

Cabinas de Bellas Artes

 

Antes de empezar este corto relato, les ofrezco disculpas a mis fieles lectores quienes cada domingo en mi ausencia , entraban al blog y no encontraban material escrito. Suelo tomarme un tiempo y respiro de todo, incluyendo de este espacio que es para ustedes. Muchas gracias por comprender y aquí les va un relato que tengo preparado hace tiempo, a pesar de no ser domingo (día de publicar relato) ¡Aquí vamos!


Hace algunos años estudié en la escuela Bellas Artes de Barranquilla y allí viví muchas experiencias inolvidables, cómo esta que les voy a contar.

Los que conocen la facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico me darán la razón que en ese lugar se respira, aparte de nostalgia, al ser un edificio bastante antiguo y deteriorado, una “libertad” sin igual.

Los chicos y chicas que allí estudian expresan arte con sus manos, sus instrumentos, sus puestas en escena y con su cuerpo. Es muy visto ver hippies buena onda que fuman marihuana en los cubículos donde se practica instrumentos de viento.

Tenía una compañera que estudiaba arte dramático y era novia de Matías, un cubano de estatura baja, brazos y cuerpo marcado. No es Matías un chico guapo, pero ¿qué músico no se ve atractivo así sea feo? Aparte Matías tiene una personalidad arrolladora, bastante típico de la gente de su isla.

Recuerdo que él siempre lucía short con tennis y camisillas tipo esqueleto o sudadera con camisilla y un sombrerito con su estuche de trompeta para todo lado, un caminado imponente que irradiaba testosterona en cada paso que daba, ¡ay! verlo todo crecidito con su trompeta me cortaba la respiración, pero lo que más me cortaba la respiración era ver que siempre se le marcaba su bulto, sobretodo cuando se encontraba con la novia y la besaba delante quien fuera, allí se notaba más su reacción.

Matías y yo no éramos amigos pero nos caíamos bien, compartí varios momentos en los que él estaba presente. Una tarde que me cancelaron una clase, decidí quedarme parchando con algunos conocidos, pero me aburrí de estar con ellos y di una vuelta por el patio, justo donde estaban los cubículos para ejecutar instrumentos de viento, llegué hasta uno de esos cubículos de dónde provenía un sonido de trompeta interpretando un son cubano. Yo sabía que el único que en Bellas Artes hacía sonar la trompeta así, no podía ser más nadie que Matías.

Empujé la puerta y estaba Matías echado al piso en la alfombra ejecutando con los ojos cerrados, hasta ese momento, porque al sentir que había abierto la puerta los abrió  dijo “chico, pásale” y siguió ejecutando la trompeta.

Charlamos un rato sobre música cubana, la preferida de mi abuelo y de allí empezó un trato más seguido entre nosotros.

Yo no paraba de mirar sus brazos sudados y su entrepierna cuando él estaba concentrado leyendo su partitura. Una tarde fui hacia ese cubículo donde me dijo que iba a estar , yo llegué un poco tarde y pensé ya no estaba porque no escuchaba sonido de trompeta, sin embargo me devolví, empujé la puerta y me sorprendí al ver a una chica haciéndole sexo oral a Matías, ¡Dios! Lo que vi fue... ufff, la verga de Matías saliendo de la boca de una marihuanerita de arte dramático. Cerré la puerta y me fui.

Cuando iba rumbo a mi casa me llegó un mensaje de texto que decía “¿dónde estás? ¡? Tenemos que hablar!” Yo le respondí con un “todo bien, no vi nada jajaja”

Un día que nos cruzamos en los pasillos de Bellas Artes, se dirigió a mí todo sonriente y me echó una mano en mi hombro, le dije nuevamente “tranquilo, brother, yo no vi nada, así que no diré nada.” Él me dijo “no espero menos de ti, pero tú sabes...” me dijo que si no tenía nada que hacer lo acompañara al cubículo para que lo grabara en video ejecutando trompeta, yo tenía una clase pero me fui con él para el cubículo.

Mientras sacaba la trompeta del estuche  lo limpiaba dijo:

Matías: la vida hay que gozarla, porque este mundo se está acabando y por eso no hay que perdonársela a ninguna [risas]

Bree: [risas] veo que la tienes clara

Matías: vea, cuando usted tenga el papayazo, como dicen aquí, aprovéchelo... la nena esta andaba atrás y mira no más, le di su tetero 

Bree: eso me pude dar cuenta [risas] y qué tetero!

Matías: ¿ehhhh? 

Bree: [risaa] pues muy concentrada la vi, por cierto, uno te ve ahí todo chiquito y con eso puedes matar a la que sea

Matías: es normal, bro, solo que esta me salió chupona y eso hay que aprovecharlo porque a muchas pareciera que no les gusta, a Karina (su entonces novia) no le gusta mucho.

Cuando escuché decir eso sentí que ese era mi momento para brillar y dije...

Bree: sí, pero es apenas entendible 

Matías: ¿qué cosa? 

Bree: pues que algunas mujeres no les guste hacer sexo oral, así no lo hayan hecho 

Matías: eso digo, bro, muchas dicen que no les gusta pero no han probado 

Bree: ¿qué tal lo hace la pelada esa? 

Matías: tiene talento para la trompeta [risas] podría ser mejor 

Bree: tendría que tomar clases de un gay para que perfeccione 

Matías: ¡¿CÓMO?! 

Bree: [risas] es cierto, no hay mejor sexo oral que una mujer pueda recibir que no sea de otra mujer, lo mismo pasa con los hombres, lo sabe gais lo hacen mejor que las mujeres porque conocen perfectamente cada parte y dónde está el punto que más excita 

Matías: ven acá, ¿tú eres marica o te ha mamado el palo un marica?

Bree: [risas] ya vengo, voy al baño 

Yo soy así, mato al tigre y luego me asusto con el pellejo, tuve ese impulso de comentarle sobre el sexo oral gay 🙊

Volví al cubículo y él ya estaba calentando.

Matías: bro, ¿tienes lista la cámara? Grábame cuando te diga ¿va?

Así lo hice, grabé su recital de ensayo y me fui a otra clase.

Siendo casi las 06:00 P.M. recibí un mensaje de texto de Matías que decía “¿estás aquí en Bellas Artes todavía?” Yo estaba comiendo fritos con unos amigos cerca de allí en una frutera y le respondí que sí. Era increíble cómo ese hombre me hablaba y yo corría de una, me despedí de mis amigos y volví a Bellas Artes, me dijo que estaba en el cubículo y hasta allá me fui.

Me pidió el favor que le tomara unas fotos y un último video que debía enviar por correo. 

Cuando ya terminó de ensayar y mientras guardaba la trompeta en el estuche retomó el tema preguntando 

Matías: ¿ahora sí me vas a responder?

Bree: ¿qué cosa?

Matías: no te hagas el loco, la pregunta que te hice hace rato, ¿eres maricón? 

No le dije que sí, pero tampoco que no. Sin embargo retomé el tema diciendo que yo estaba seguro que un hombre iba a recibir el mejor sexo oral por parte de otro hombre

Matías: ¿si? 

Su mirada cambió inmediatamente y miró fijamente la puerta, mientras se agarró el bulto, marcándoselo con las manos

Matías: ¡asegura bien la puerta! 

Yo le hice caso y en ese momento me latía el corazón a mil.

Cuando de repente... me dice Matías con su acento cubano “¿qué tú piensas de esto?” Y SUAS, me mostró ese invertebrado dormido que ya se veía largo. Yo no supe qué decir, solo me reía cual tonto, porque no esperaba esa reacción de Matías. 

Bree: pues... creo que eso debe hacer mucho daño, bro

Matías se dirigió a la puerta y la ajustó con su espalda, quedándose frente de mi y yo ahí echado en la alfombra mirando su verga hermosa 🙊

Sentí que era el momento y sin más palabras, porque el silencio ya daba apertura a lo que querían , decidí tocársela, la halé y la miré mucho, olía a orín, pero no me importó y le chupé las bolas mientras le bajaba la sudadera hasta las rodillas y afirmaba mis manos en su sudadera para sostenerme y seguir mamamando.

Por más que trate de describirles cómo se veía su rostro de impresionado mientras yo parecía ternero huérfano , creo que no lograré describir lo rico que se veía atento a mi chupada. FUe la primera vez que la garganta me dolió al chupar verga, lo más delicioso fue ver cómo eyaculó y dejó esa leche en la alfombra. Me dijo “Wow, nunca me habían hecho llegar a punta de chupones.”

Me preguntó si tenía papel para limpiar la alfombra y saqué un cuaderno para intentar ocultar la evidencia.

No fue la única vez que le mamé la verga al cubano, a veces iba a su casa donde vivía con roomates y se lo mamaba mientras fumaba él marihuana. No pasó de ahí, hubiese querido ser penetrado por ese hombre, pero inolvidable su entrepierna.

–Fin–


¡Gracias por tu visita!

CON cariño, 

Bree 

El barbero

Steven. Así llamaremos al barbero. Solía ir a su barberia pero mi trato con él era limitado, solo relación cliente-barbero. Hace unos días v...