sábado, 28 de diciembre de 2019

Cazando con exhibicionismo


El exhibicionismo es algo que siempre me ha llamado la atención, esa manera de atraer miradas que se fijen en mi, me alimenta el placer.

Suelo ir a trotar y hacer una rutina de deportes muy temprano en la mañana y me voy muy cómodo, preferiblemente en pantaloneta holgada y no puede faltar mi respectivo hilo dental. Hace pocos días salí al parque, pero me entró un impulso de desviarme un poco, siendo la hora 4:30a.m me dirigí a una avenida y me estacioné en una esquina y bajé mi pantaloneta para dejar al descubierto mis nalgas. Ni teniendo sexo al aire libre me había generado tanta adrenalina como estar ahí viendo pasar carros, rutas de buses, mototaxistas, uno que otro transeúnte desaparecido y uno que me quedo viendo mientras caminaba; pero hasta ahí quedó.

Me fui al parque e hice mi rutina con juicio.

Ayer, 27 de diciembre volví a tener el impulso de experimentar exhibicionismo, pero no me desvié, me dirigí directamente al parque. Ya era casi la hora 05:15am y yo estaba trotando, de repente localicé con la mirada a un chico reciclador, recogiendo plástico, le vi por encima y a pesar de su aspecto, me llamó la atención sus brazos, sin embargo no me detuve, continué con la rutina, así que lo perdí de vista. Siendo la hora 06:00 a.m decidí terminar e irme a casa, pues ya estaba aclarando el día.

Faltando pocas cuadras para llegar a casa, lo volví a ver, esta vez alzando unas cajas que estaban frente de una casa “buenos días” saludé y me respondió “buenos días, patrón”. Llegué a casa y mientras sacaba la llave para abrir el candado de la reja, vi que se acercaba a mi cuadra y quise prolongar mi tiempo ahí para tener chance de actuar. Justo en ese momento mamá abrió la puerta, pues me estaba esperando.

“Ma, por fa, pásame la escoba y la pala para barrer el frente” le pedí a mamá para que se ausentara
y así yo pudiera hacer algo para llamar atención del chico. Así que, sin perderle de vista volteé y ahí estaba revisando en unas bolsas de basura, así que me agaché fingiendo que amarraba los cordones de mis zapatos y ahí fue donde me bajé mi pantaloneta para que quedara mi hilo al descubierto, dándole la espalda. Calculé rápidamente mientras llegaba mamá y me levanté mirando hacia dónde él estaba y adivinen qué? Me estaba mirando, pero mamá llegó con lo que le pedí y me puse a barrer, noté que él estaba prolongando su permanencia en la cuadra.

Yo: — Ma, ¿hay botellas plásticas para dárselas al reciclador?
Mamá: — Creo que sólo hay una
Yo: — no importa, tráela

En lo que mamá volvió al patio, este chico me hizo señas, como llamándome. Yo no me atrevía a ir con él hasta que mamá no trajera la botella plástica. Mamá llegó diciendo que no había, así que yo seguí barriendo y mamá ahí, dizque con la pala para ayudarme a recoger. Así que el chico se marchó lentamente.

Dejé la escoba con mamá mientras fui por dinero para comprar unas empanadas y así poder alcanzarlo.
Como no podía seguirlo, tomé la otra cuadra para poder dar con él y así fue, corrí un poco y ahí lo vi manejando su bicicleta. Le hice señas y él inmediatamente se acercó “¿Qué más, patrón?” me dijo, yo le extendí la mano, pero él me extendió la muñeca con la mano empuñada, dándome entender que tenía las manos sucias.

“Bueno días, ¿mucho trabajo?” le pregunté, a lo que respondió “Ahí más o menos”.
Cruzamos palabra y le pregunté dónde vivía, respondió que no muy lejos, “es que no te había visto” le comenté. “Yo paso siempre porq aquí, especialmente los lunes, miércoles y viernes... y de resto de día trabajo manejando bici coche”
Posteriormente le pregunté la edad y respondió que iba para cuarenta años, la verdad aparenta tener menos. “Ahora estoy flaco, pero yo era más grueso” comentó, a lo que respondí que se veía muy bien. Le comenté que lo había visto y si era posible encontrarnos para hablar un rato.

“Usted dirá, patrón yo manejo mi tiempo” respondió el chico.

“Cuando podemos vemos un ratico, no vaya ser que tengas problemas por tu mujer”
Me comentó que no estaba viviendo con la mamá de sus hijos, hacía tres años.

“¿Tres años? ¿Todo ese tiempo?” Pregunté mientras le miré la entrepierna ligeramente.
Él sonrió  le dije que nos viéramos  a las 8:00p.m , no puso inconveniente y antes de irme le pregunté su nombre y me dijo “Franklin, dígame Fran”.

En horas de la tarde comí algo y me acosté a dormir, pero me desperté faltando 5 min para la hora acordada. Yo llegué y no lo vi, cuando ya tenía decidido regresar a casa, lo vi llegar en una bicicleta.

Él me estaba buscando y yo le hice señas. Nos sentamos en una parte oscura y allí empezamos a hablar cosas triviales, contándome de sus dos hijos adolescentes y cosas así, de un momento a otro me dice...

Franklin— cuénteme, ¿usted por qué hizo eso?
Bree— ¿qué cosa? [risas]
Franklin— usted sabe qué
Bree— [risas] ¿te refieres a lo que viste cuando me agaché?
Franklin— aro, se le ve un jopito bonito, yo no había visto un marica con un jopo así
Bree— [risas] qué va, está normal
Franklin— ¿Le gusta usar pantaletas?
Bree— siempre uso lencería como la que viste
Franklin— ¿sisa? ¿Ahora tiene?
Bree— sí, Franklin, tengo un hilacho

Él empezó a mirar a todo lado y se agarró la verga

Franklin— se me paró
Bree— ¿puedo tocar?
Franklin— agárrala

A ratos le rozaba mi mano por encima de su pantaloneta, eso sí, teniendo cuidado.

Franklin— joa si pudiera ver lo que trae puesto
Bree— espera... yo me vería más boleta mostrándote el culo

Miré alrededor y afortunadamente estábamos en la parte más oscura, así que
me bajé un tantito el pantalón a media nalga y le dije “míralo”

Disimuladamente miró y guardó silencio. Cuando de repente... sentí que metió su mano despacio por mis nalgas, la sacaba y al rato metía la mano, pero rosando mi ano... hasta que yo levanté mi culito un poquito y Franklin me dilató a punta de dedo, hubo un momento que solo escuchaba su respiración agitada metiéndome el dedo por el culo. Yo solamente acariciaba su rodilla con mi mano izquierda, mientras gozó dándome dedo.

Quise masturbarlo, pero de repente pasó un grupo de adolescentes y no pudimos hacer más nada.
Franklin— joa tengo la mondá babosa
Bree— guarda esa leche y vamos cuadrando, ya sabes dónde encontrarme.

Chocó su puño con el mío, se acomodó la verga y nos despedimos.

Lo más probable es que nos matemos esas ganas, les estaré contando qué pasa. Por lo pronto, quise compartirles mi aventura debido al exhibicionismo.

Aprovecho para anunciar que este es mi último relato del 2019, espero uds continúen acompañándome de esta manera el 2020.

Les deseo Feliz Año Nuevo y lleno de paz.
Gracias por leerme, cómplices.

[FIN]


9 comentarios:

  1. Quiero compartir mis escritos contigo, me has servido de inspiración

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    1. Hola, sí, claro: @BreeRincon

      ¿Cómo llegaste aquí si no fue por medio de Twitter? Me gustaría saber.

      Saludos.

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    2. Aparte de los relatos me fascina hablar por teléfono de cosas muy morbosas...

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  2. Wooow, que rico relato, te sigo desde México y cada relato me excita tanto, me masturbo siempre con ellos

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    1. ¡Hola, Giovany!

      Muchas gracias por visitar este rinconcito de relatos. Me da mucho gusto saber que lo disfrutas, por eso escribo.

      Abrazo cálido y ¡qué viva México! ����

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  3. Me encanta todo lo q escribes y públicas.

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    1. Muchas gracias, me gusta leer que te encanta mi contenido.

      Saludos 😉 y Feliz Año Nuevo.

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  4. Gracias por sus comentarios, son siempre bienvenidos.

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